La gestión de Sánchez sobre la presencia de Felipe VI en Cataluña deja solo al PSOE

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El rey y Pedro Sánchez, este martes en la reunión anual del Patronato del Instituto Cervantes
El rey y Pedro Sánchez, este martes en la reunión anual del Patronato del Instituto Cervantes EUROPA PRESS

PP y Cs critican al Gobierno, y Podemos y el secesionismo rechazan que visite Barcelona

06 oct 2020 . Actualizado a las 20:11 h.

La decisión del Gobierno de vetar la presencia del rey en Cataluña en vísperas del 1 de octubre «para favorecer la convivencia», y su decisión posterior de organizar inmediatamente después de esa fecha una visita del monarca a Barcelona junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha situado al PSOE en medio de un fuego graneado procedente por una parte del PP y Ciudadanos, y por otra de los independentistas y Unidas Podemos. «¿Por qué si el rey visitaba Barcelona perturbaba la convivencia?», le preguntó ayer en la Cámara Alta al ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, el senador del PP Bienvenido de Arriba, que acusó al Gobierno practicar un «autoritarismo» que le ha llevado a «poner en riesgo» la figura del monarca al tratarlo como un «perturbador» de la convivencia.

Solo unos minutos antes, el titular de Justicia tuvo que escuchar los reproches en sentido contrario de la senadora de Junts per Catalunya María Teresa Rivero, que acusó al PSOE y a Unidas Podemos de querer «blanquear» al rey con el viaje a Barcelona organizado para el próximo viernes y les reprochó que por una parte desde el Ejecutivo den «cobertura a la fuga» de Juan Carlos I y por otra denuncien «injerencias de la Corona en los asuntos del Gobierno».

«Podemos dañar la institución»

«En Cataluña no nos gusta el rey de España, que abdicó de los catalanes el 3 de octubre», señaló Rivero, en referencia al discurso de Felipe VI tras el referendo ilegal celebrado en el 2017. Y la diputada de Ciudadanos, Lorena Roldán, acusó por el contrario al Ejecutivo de «someterse al yugo separatista» y permitir que diga «a dónde y cuándo puede ir el rey».

A todos les respondió el ministro con el mismo argumento: la monarquía y la neutralidad del rey forman parte de la Constitución. A los populares los acusó de utilizar a la Corona «como arma arrojadiza y como ariete político» y les advirtió de que «de tanto jugar y de tanto arremeter podemos, hacerle daño» a la institución de la Corona. Y a los secesionistas les dijo que, aunque a ellos no les guste la Constitución, el Gobierno la defenderá «desde la primera a la última línea».

Ese criterio no es compartido por Unidas Podemos, socio del PSOE en el Ejecutivo, cuyo diputado y secretario de la Mesa del Congreso, Gerardo Pisarello, criticó que el rey viaje este viernes a Cataluña y cuestionó que pueda hacerlo «hasta que no se aleje de la derecha judicial y política».