La corrupción acaba pasando factura a los partidos, aunque con ciertos límites

ESPAÑA

Pablo Iglesias y Pablo Casado, en el Congreso de los Diputados
Pablo Iglesias y Pablo Casado, en el Congreso de los Diputados E. Parra, J.J. Guillén

Los expertos analizan el impacto electoral de los últimos casos conocidos

14 sep 2020 . Actualizado a las 09:22 h.

De nuevo la corrupción ha saltado al primer plano del escenario político. En esta ocasión los partidos afectados son el PP y Podemos en dos casos de naturaleza y gravedad muy diferentes, que están en manos de la Justicia en ambos casos debido a denuncias efectuadas desde el interior de las organizaciones afectadas. Por una lado, la operación Kitchen, en la que supuestamente el Ministerio del Interior del Gobierno de Mariano Rajoy utilizó fondos reservados, decenas de policías e incluso agentes del CNI para espiar al extesorero del PP Luis Bárcenas y robarle documentos que pudieran incriminar a miembros de la cúpula del PP y ocultárselas a la Justicia. Por su parte, Podemos está envuelto en un caso de financiación ilegal y malversación. Los expertos consultados por La Voz analizan qué consecuencias electorales y políticas pueden tener los casos de corrupción y concluyen que sí las tienen pero con ciertos límites. 

REPERCUSIÓN ELECTORAL

Cómo afectan estos casos a los partidos. «Si las elecciones generales fueran mañana afectarían, aunque levemente», señala Manuel Villoria, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y experto en corrupción política. Aunque los grandes casos acaban socavando a los partidos y pone dos ejemplos: «La Gürtel fue el origen de la moción de censura, pero además, ya había impactado en la credibilidad del PP; los ERE afectaron a los socialistas andaluces, mandando a la abstención a parte del electorado socialista». «Los grandes escándalos afectan, aunque no generan terremotos políticos; afectan menos aún cuando hay fuerte polarización», concluye. 

«Sí que pasan factura si vemos cómo el PP ha sido castigado electoralmente los últimos años con casos como la Gürtel que han salpicado constantemente al partido», estima el consultor político Santiago Martínez. «El caso de los ERE también contribuyó a un cambio de ciclo político en Andalucía con la salida del poder del PSOE», asegura. «En el caso del PP estos continuos casos de corrupción han abonado el terreno para que emergieran otras opciones políticas que podían cosechar entre votantes de derecha cansados o hartos del PP y que veían a estas nuevas formaciones como una forma de regenerar el partido ante la falta de regeneración del mismo; de hecho el PP acaba eligiendo a Casado a tal fin», recuerda.

«Otra cosa es que ahora mismo pueda tener efecto el caso Kitchen, puesto que no hay elecciones próximamente, por lo que el efecto de este caso se irá comprobando según evoluciones procesalmente y una posible sentencia condenatoria adversa para el PP pudiera coincidir con alguna campaña electoral», concluye.

 Hartazgo

Los ciudadanos pueden valorar más la gestión. «En un tiempo en el que apenas hay compromisos electorales cercanos, el posible impacto de estos y otros casos de corrupción se mitiga, además de que están aún en sus primeros pasos y hay que ver si avanzan o se estancan», afirma Carlos Barrera, profesor de Medios de Comunicación y Política en la España Reciente de la Universidad de Navarra.

«Llueve sobre mojado en este tema y los ciudadanos pueden valorar más otros temas más perentorios como la gestión sanitaria y la recuperación económica y qué partidos o líderes políticos están más capacitados para llevarlas a buen puerto», sostiene este experto en comunicación electoral. 

«Lo que sabemos es que la corrupción supuso un cambio de modelo en el sistema de partidos a partir de las movilizaciones del 15M, surgieron nuevas formaciones políticas para hacer frente a las demandas de más limpieza democrática, eso también cambió a los partidos tradicionales, pero estos han sido incapaces de recuperar esos votantes decepcionados», considera la politóloga Verónica Fumanal. Por tanto, «tuvo un coste político alto en la reorganización del sistema de partidos, pero en la actualidad tienen más efectos mediáticos que electorales», añade. Además, «queda mucho para las elecciones y por lo tanto, dependerá de si esas polémicas llegan vivas a la contienda electoral». «El electorado tiene poca memoria», afirma. 

Fallos del sistema

Factores que explican que no pase suficiente factura. Martínez explica que «lamentablemente si bien pasan factura, no lo hacen lo suficiente como para tener un sistema en el que judicialmente y socialmente se castigue la corrupción política».

El consultor y experto en campañas electorales señala varios factores; «1.- Mucha gente sigue votando al partido pese a la corrupción porque es su partido, o no quiere que otros que considera peores ganen; 2.- Tenemos un sistema heredado de la transición que otorga demasiado poder a los partidos, designación de jueces, bloqueos constitucionales, etc.; 3.- Sistema electoral de listas cerradas que provoca escasa regeneración, total control de la élite del partido de todos sus cargos, y poca relación entre cargo y su electorado. 

Incumplen sus códigos éticos internos sin apenas coste, pero manchan la imagen de la política y los políticos  

Ante la avalancha de casos de corrupción de los últimos años, los partidos políticos han ido dotándose de códigos internos que marcan lo que deben hacer en estas situaciones. Pero, al final, acaban incumpliendo sus propias normas. «Los partidos incumplen sus propios códigos éticos continuamente», asegura Villoria. «En los casos de corrupción todo depende de la entidad del sujeto implicado, los más poderosos en el partido son arropados casi siempre; en casos que afectan a los poderosos, si se cumplen los códigos es por fuerte presión mediático-popular», explica. «Internamente, los partidos han desarrollado tácticas cesaristas como consecuencia de unas primarias mal pensadas, y es casi imposible la crítica interna o la permanencia de voces críticas», añade. «El coste político interno es nulo, el coste externo en votos depende, como digo, de la polarización, lo que sí es cierto es que afecta a la imagen de la política y de los políticos, que son el segundo/tercer gran problema del país, si se analizan los últimos barómetros del CIS» concluye.

Para Barrera, «el listón de incumplimientos sube, pese a la subida teórica en las exigencias de cada partido consigo mismos y con la sociedad». En su opinión, «es una mezcla de rechazo a la llamada ‘pena de telediario’, que choca con la debida presunción de inocencia, y de corporativismo mal entendido: si tú no lo cumples, yo tampoco, no vaya a pasar por ingenuo; y así estamos...», afirma. «Sí que lo incumplen, pero es un tema del que la ciudadanía apenas es consciente y tampoco es decisivo a la hora de conformar el voto, influye más el gran titular del gran caso de corrupción, insisto siempre que coincida con una cita electoral», sostiene Martínez, experto en campañas electorales. «Tuvo un coste político alto en la reorganización del sistema de partidos, pero en la actualidad tienen más efectos mediáticos que electorales», señala Fumanal.

Otro golpe al PP que condiciona a Casado y favorece al PSOE para desviar la atención 

«Ahora mismo, con la operación Kitchen, el Partido Popular seguro que está siendo afectado, por fortuna para ellos no hay elecciones a la vista», estima Villoria. «En el caso de la financiación de Podemos dudo que afecte mucho, pues es un caso muy confuso donde no hay todavía conclusiones sólidas; igual que en el caso del teléfono robado, donde todo es también confuso y puede ser usado para justificar la idea de persecución al partido», sostiene.

«De cualquier manera, el beneficiario de todo este cúmulo de escándalos parece ser el PSOE, que se mantiene como eje central de la gobernabilidad del país y con una mejor imagen moral», asegura. Villoria no ve que, «a corto plazo, Ciudadanos pueda recoger descontentos del PP y recuperar a su electorado de centro, pero veo su estrategia a medio plazo y entonces, tal vez, será el momento de recoger frutos». 

Falta de legitimidad

«El más favorecido es el Gobierno porque se desvía un poco la discusión de su gestión del covid hacia este caso, que irá teniendo más morbo a medida que exministros vayan a declarar y pudieran provocar que Mariano Rajoy también tuviera que hacerlo», afirma Martínez, «Podemos verá cómo el PP dejará de hacer sangre con su periplo judicial, ya que Pablo Casado no podrá criticar abiertamente como hasta ahora, pues el caso Kitchen ha provocado que no tenga legitimidad su partido para hablar abiertamente de la supuesta corrupción de los demás», explica.

Recuerda que «Casado en su momento, pidió la dimisión de Sánchez por los ERE; ahora cuando se usa el mismo argumento contra él, porque recibió los apoyos de María Dolores de Cospedal en las primarias, dice que era un simple diputado por Ávila». «Habrá que ver cómo influirá en su discurso, cómo tendrá que marcar distancia con Rajoy y otros cargos del partido, hasta hace poco muy allegados a él», concluye.

«En una foto fija del momento, es lógico pensar que el PP y UP se encuentran más en el foco», señala Barrera. «La baza de Casado, que ya ha esgrimido, es que él no promovió nada de lo supuestamente atribuido a otros miembros de su partido; Pablo Iglesias, sin embargo, lo tiene ahí más difícil», añade. «PSOE, Ciudadanos y Vox pueden sacar alguna tajada, pero falta mucho tiempo para elecciones: ahora solo hay encuestas», concluye.