Juan Carlos I, a salvo en los Emiratos ante la falta de convenio de extradición con Suiza

M. E. Alonso / M. Balín MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Juan Carlos I, en Emiratos Árabes en abril del 2012
Juan Carlos I, en Emiratos Árabes en abril del 2012 EUROPA PRESS

Aún se ignora la duración del actual destino del emérito, visto como un golpe de autoridad

23 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni bajo el sol del Caribe ni en plena sierra de Portugal. Juan Carlos I optó por refugiarse bajo las alas de sus hermanos, los jeques árabes, una vez que tomó la decisión de abandonar España por tiempo indefinido. Desde entonces se encuentra en Emiratos Árabes. Un destino que se perfilaba como el más seguro, tras la publicación de la hoja de ruta de un avión privado que el pasado 3 de agosto voló de Vigo a Abu Dabi y la aparición de una fotografía que situaba al padre de Felipe VI en el aeropuerto de la capital emiratí. Pero tuvieron que pasar dos semanas hasta que llegó la confirmación oficial. Apenas cuarenta palabras para que la Casa Real respondiese a la incógnita sobre el paradero del emérito, pero que no ha logrado despejar las dudas sobre sus intenciones, ni por qué se ha tardado tanto en dar a conocer su localización.

Cuando la Casa del Rey anunció su salida del país, también aseguró que los tiempos a partir de ese momento los manejaba don Juan Carlos. Sería él mismo, cuando estimara conveniente, quien dijera dónde se encontraba. El mutismo llegó a generar incomodidad en la Moncloa y en la Zarzuela, forzosos conocedores de su destino, con las consiguientes críticas a la falta de transparencia. La seguridad de don Juan Carlos está a cargo del Estado y viaja con un servicio de escolta compuesto por al menos cuatro guardias civiles.

El Ejecutivo respiró aliviado cuando se hizo público el paradero del emérito, el menos apropiado y el más difícil de explicar, que muchos interpretan como una provocación y un golpe de autoridad del que fuera jefe del Estado durante casi cuatro décadas. Un escenario en el que se sitúan algunas de las sospechas sobre donaciones sin justificar. 

Un refugio temporal

Para Juan Carlos de Borbón este destino es un refugio. Está completamente blindado. Los Emiratos Árabes le proporcionan intimidad y le dan seguridad. No hay movimiento ni de prensa ni de nadie que se escape del control de las autoridades. De sobra es conocida su amistad con el príncipe heredero, Mohamed bin Zayed, de 59 años. Es el que gobierna de facto el país desde que su hermano sufriese un derrame cerebral en el 2014. Allí fue donde en noviembre del 2018 coincidió con el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, presunto autor intelectual del asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado árabe en Estambul.

La Casa Real no ha especificado cuánto tiempo permanecerá el padre del rey en ese país del golfo Pérsico, ni si será su destino definitivo.

España y Emiratos Árabes Unidos firmaron en el 2009 un convenio destinado a potenciar la cooperación bilateral en la lucha contra la delincuencia. El marco jurídico recoge de forma recíproca la extradición de toda persona a quien se reclame para su enjuiciamiento cuando el delito sea punible en ambas legislaciones, o para la imposición o cumplimiento de una condena. Entre los motivos de denegación se incluye aquella entrega que tenga consecuencias graves para la persona reclamada, por razón de su edad o estado de salud, y el hecho de que el delito fuera cometido fuera del territorio del Estado que lo requiere. En el caso de la investigación al rey emérito, este último requisito cerraría la puerta a la entrega inmediata de don Juan Carlos desde Abu Dabi a un tercer país, en este caso Suiza, donde la Fiscalía de Ginebra lo investiga por un delito de blanqueo agravado de capitales. Es más, ambos países carecen de un marco de extradición similar al de España.