Un inmigrante muerto y tres guardias civiles heridos en un salto masivo a la valla de Melilla

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Paqui Sánchez | EFE

El Gobierno de la ciudad autónoma se hizo cargo de la atención a la treintena de inmigrantes que lograron saltar la valla

21 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Un inmigrante muerto, otros tres heridos y tres guardias civiles contusionados es el balance de un salto masivo de trescientas personas realizado ayer en la valla de Melilla, de las que unas treinta lograron entrar a la fuerza en España.

Pasadas las seis de la mañana, los agentes que custodian el perímetro que separa la ciudad autónoma de Marruecos detectaron una gran actividad en la zona comprendida entre el paso fronterizo de Barrio Chino y el complejo hostelero del V Pino, cerca del aeropuerto. Minutos después se produjo el salto en el que resultó muerto el inmigrante, al parecer por causas naturales, según la Delegación del Gobierno en Melilla. Se barajan dos hipótesis: la primera, que el hombre sufriese un paro cardíaco a consecuencia del esfuerzo realizado; la segunda, apoyada en algunos testimonios, que el migrante se cayó a un arroyo desde una altura de cuatro metros.

Como consecuencia del salto, tres guardias civiles sufrieron heridas leves: uno tiene un hombro dislocado, otro un corte en la cabeza y un tercero padeció una bajada de azúcar. Asimismo, ocho inmigrantes tuvieron que ser atendidos por magulladuras y golpes en el cuerpo.

El Gobierno de Melilla se hizo cargo de la atención a la treintena de inmigrantes que lograron saltar la valla, y que se encuentran en el centro de acogida temporal habilitado en la plaza de toros, pero pidió al Ejecutivo central que lleve a cabo traslados a la Península para reducir la presión asistencial que sufre. «Esperamos que se pueda habilitar algún mecanismo para que se reduzca esto», dijo el presidente de la ciudad autónoma, Eduardo de Castro, en alusión al número de residentes que hay en el centro de acogida, que lleva meses muy por encima de su capacidad máxima. «Seguimos teniendo el mismo problema: cada vez que entran estas personas hay que asistirlas, no hay otra forma de hacerlo, porque no podemos negarle lo más básico, que es un techo, comida y cuidados sanitarios, y más en los tiempos que corren», argumentó.

El de ayer es el segundo salto masivo que sufre la valla de Melilla desde el cierre fronterizo, después de que otros 55 inmigrantes de origen subsahariano lograran acceder el pasado 6 de abril en un intento protagonizado por 260 personas.