Las tensiones, en todo caso, entre la cúpula del PP y el grupo parlamentario vienen de lejos. Si bien algunas voces se refieren desde hace tiempo a una «desconfianza infundada» de Génova en la organización en el Congreso y señalan, en particular, al secretario general, Teodoro García Egea, otras llaman la atención sobre la dificultad de que Álvarez de Toledo se ajustara a los mensajes que marca la dirección del partido.
Polémico nombramiento
Su nombramiento como portavoz tras las elecciones del 28 de abril del 2019 ya fue polémico. Algunos sectores no creyeron apropiado para el puesto de la portavocía un perfil de la órbita de FAES y del expresidente José María Aznar, y que abandonó el proyecto, además, en el 2015 por profundas discrepancias manifiestas con Mariano Rajoy. Después de la herida de las primarias, no entendieron que Álvarez de Toledo fuera la persona para representar a todo el partido en el Congreso. Las mismas voces, en todo caso, situaron la razón de su elección en la sintonía con Casado. El aval del presidente del PP le ha servido, de hecho, hasta ahora como su principal paraguas.