Urkullu dobla el pulso a Sánchez y logra un déficit del 2,5% en el País Vasco

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Urkullu con Juan Manuel Moreno, presidente de Andalucía, en la conferencia de presidentes
Urkullu con Juan Manuel Moreno, presidente de Andalucía, en la conferencia de presidentes EUROPA PRESS

El lendakari asistió a la conferencia de presidentes tras un pacto in extremis

31 jul 2020 . Actualizado a las 19:56 h.

En el último momento, el lendakari, Iñigo Urkullu, ganó el pulso que sostenía con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y acabó participando en la conferencia de presidentes autonómicos celebrada ayer en el monasterio riojano de San Millán de la Cogolla. El presidente vasco se había negado a atender las reiteradas peticiones del jefe del Gobierno para que asistiera a una convocatoria que, en una carta a Urkullu firmada por el propio Sánchez, se consideraba como un encuentro «crucial». El dirigente del PNV mantuvo sin embargo su negativa alegando que el Ejecutivo no había convocado previamente la comisión mixta para fijar la capacidad de endeudamiento del País Vasco.

Agravio pare el resto

El deseo de Sánchez de dotar de la máxima relevancia a la cita propició sin embargo un acuerdo in extremis por el que el Gobierno se compromete a fijar un objetivo de déficit para el País Vasco del 2,6% del PIB. Es decir, que la comunidad podrá endeudarse por 1.700 millones de euros en los mercados internacionales. Con el acuerdo en la mano a última hora de la noche del jueves, que la comisión mixta se limitará ya a ratificar en una reunión fijada para septiembre, Urkullu se presentó como uno más en San Millán de la Cogolla a las 9.30 de la mañana para participar en la cumbre autonómica. Durante la reunión con los presidentes autonómicos, Urkullu exigió a Sánchez que respete al marco de relación bilateral entre los gobiernos central y vasco.

El esfuerzo negociador de Sánchez, que provocó el malestar de algunas autonomías, dado que ninguna otra conoce a día de hoy hasta dónde podrá endeudarse, hizo que el presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, se quedara como el único sin representación en una cumbre en la que se debatieron las medidas sanitarias frente al covid-19 y el reparto de los 170.000 millones de euros de fondo de reconstrucción asignados a España por la Unión Europea.

«Espero que hayan entendido»

Pero el PNV, que ayer celebraba su 125 aniversario, se mostró mucho más eufórico a la hora de celebrar el acuerdo alcanzado a última hora con el Gobierno español y el hecho de que el País Vasco haya recibido un trato preferencial sobre el resto de autonomías para negociar con el Ejecutivo. El presidente de PNV, Andoni Ortuzar, afirmó que el País Vasco «no es una comunidad autónoma más», sino «una nación» que cuenta con «un régimen especial de autogobierno». El líder nacionalista instó por ello al Gobierno a «cumplir el ordenamiento jurídico por el principio» comprometiéndose primero a «garantizar la relación bilateral» y solo después «hablar de nuestra participación en foros multilaterales», como la conferencia de presidentes. Tras el órdago ganado por Urkullu, Ortuzar dijo esperar que el Gobierno «haya entendido el mensaje y volvamos cuanto antes a la normalidad institucional y política».

«Nacidos para liberar Euskadi»

«Nos querían hacer comulgar con ruedas de molino. Y no podía ser. Querían que fuéramos a un foro multilateral sin comprometerse antes bilateralmente con Euskadi y sin cumplir los acuerdos firmados con nosotros. Nos estábamos jugando nada menos que la capacidad de endeudamiento y déficit del Gobierno Vasco y de las Diputaciones Forales para poder hacer frente a la caída de recaudación y a las necesidades de la crisis del covid-19», indicó Ortuzar para explicar el cambio de posición. «No somos ni más ni menos que nadie, pero somos diferentes», reseñó, y afirmo ante la militancia que el PNV nació «para liberar Euskadi nacional y socialmente» y construir una nación «libre», y ese es ahora su compromiso.

Paco Santamaria | EFE

Casado reúne a los barones del PP, pero Feijoo rebaja la cita a un encuentro «informal»

El líder del PP, Pablo Casado, trató de contrarrestar la imagen del presidente del Gobierno reunido en San Millán de la Cogolla con todos los presidentes de comunidad, excepto el catalán Joaquim Torra, convocando una reunión previa el jueves por la noche en la localidad riojana de Haro con los presidentes autonómicos del PP. La intención de Casado era coordinar el discurso de los líderes populares frente a Sánchez. Asistieron a esa cita el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno; el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández-Mañueco, y el de la Región de Murcia, Fernando López Miras. Sin embargo, tanto Feijoo como Fernández Mañueco rebajaron ayer el contenido de esa reunión a la categoría de «encuentro informal de amigos». Feijoo precisó que el presidente del PP riojano, José Ignacio Ceniceros, les invito a conocer «una de las bodegas más impresionantes de Europa». «Fue absolutamente informal», explicó.

Casado insistió en cargar contra Sánchez y consideró «lamentable» que «se aplauda tanto» tras la «debacle histórica» del PIB y con «una catástrofe social de siete millones de desempleados». La dirección del PP cuestionó también el pacto alcanzado con el lendakari, Iñigo Urkullu. El vicesecretario de Comunicación del partido, Pablo Montesinos, exigió a Sánchez que explique qué ha «pactado bilateralmente», en «la penumbra», con el presidente vasco. «Le exijo a Pedro Sánchez transparencia y que defienda la igualdad de todos los españoles, porque todos somos iguales», señaló Montesinos, que ofreció una vez más la mano tendida del PP para llegar a acuerdos y pactos de Estado.

Fernando Calvo | EFE

Frío saludo de Pablo Iglesias al rey, que felicitó a Feijoo y a Urkullu por sus triunfos en las elecciones

La decimoquinta conferencia de presidentes autonómicos desde el comienzo de la pandemia del covid-19, la primera que se celebra de forma presencial, dejó una imagen insólita de los presidentes autonómicos, el presidente del Gobierno y el rey procediendo al saludo protocolario cubiertos con mascarillas. La protección frente al virus impidió interpretar la totalidad de las breves conversaciones del jefe del Estado con los diferentes presidentes autonómicos captadas por las cámaras de televisión. Pero si permitió observar detalles de ese saludo. Especialmente esperado era el encuentro entre el monarca y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, que ha abogado por la abolición de la monarquía y ha vinculado a Felipe VI con las actividades presuntamente irregulares de su padre. «Aquí hace mejor tiempo que en Madrid», le dijo Iglesias al monarca, en un saludo frío saludo. «Desde luego», contestó el rey, que transmitió más tarde a la presidenta de Baleares, Francina Armengol, sus deseos de acudir pronto a Mallorca, donde el rey tiene previsto pasar días de descanso durante el verano. Felipe VI felicitó también al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, y al lendakari, Iñigo Urkullu, por su recientes victorias en las elecciones, y se mostró cariñoso con el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, con el que estuvo el pasado miércoles en Santoña.