Versiones
Pero querer no siempre es poder, y la estrategia de Marta Flor saltó por los aires cuando el juez y los fiscales empezaron a darse cuenta de que las versiones que les daban Bousselham e Iglesias sobre el periplo de la tarjeta estaban muy alejadas. Incluso llegaron a la conclusión de que el líder de Podemos, lejos de presentarse como perjudicado, tuvo en su poder el dispositivo varios meses sin entregárselo a su asesora. El juez sospecha ahora de que pudo deteriorarlo antes de dárselo a Bousselham.
Las posteriores diligencias encargadas por García-Castellón a la Policía Judicial y la decisión de retirarle a Iglesias la condición de perjudicado hacen pensar que el magistrado sigue acumulando indicios para elevar una exposición razonada al Supremo contra el vicepresidente por presunta obstrucción a la Justicia y/o daños informáticos. Mientras tanto, la defensa de Villarejo se frota las manos y prepara su ofensiva para buscar nulidades en el procedimiento por la presunta connivencia del fiscal Stampa con la estrategia de Podemos.