El Partido Popular votará en el Congreso a favor del ingreso mínimo vital

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID/ LA VOZ

ESPAÑA

La formación vota sí con la intención de que se tramite como proyecto de ley y puedan presentar enmiendas con las que definir su modelo. Casado ha reprochado a Sánchez en una bronca sesión haber ignorado todas sus ofertas de pacto. Sánchez acusa al PP de utilizar el virus para intentar «derrocar al Gobierno»

10 jun 2020 . Actualizado a las 17:42 h.

El Partido Popular va a votar este miércoles en el Congreso a favor de la convalidación del real decreto ley que establece el ingreso mínimo vital. Según han confirmado a EFE fuentes de la formación, este ingreso ya está basado en el que el PP lleva gestionando «dos décadas» en las comunidades autónomas en las que gobierna por lo que está a favor del mismo, aunque quiere que se establezcan ciertos requisitos. Entre ellos, que esté vinculada la percepción de esta renta a la búsqueda activa de empleo y que se centre sobre todo en los afectados por la crisis del coronavirus.

Además, pedirá que se cree una tarjeta social única para garantizar «la transparencia, la sostenibilidad y el rigor en el sistema de ayudas».

Todo ello en una jornada de nuevo tensa en el Congreso de los Diputados. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Pablo Casado, se han culpado mutuamente de la crispación y falta de consenso. «Si opta por la unidad, aquí está el Gobierno. Si continúa por la bronca, ahí está la ultraderecha», le ha espetado el presidente.

Sánchez ha acusado al líder del PP de utilizar el virus para «derrocar a un Gobierno legítimo» formando un «frente común con la ultraderecha». Y Casado le ha reprochado el haber ignorado todas sus ofertas de pacto. La sesión de control al Gobierno ha dejado claro así que el fin de la desescalada y del estado de alarma no va a rebajar el tono de crispación en el Congreso. Más bien, al contrario.

El líder de los populares ha recitado toda una cadena de supuestos errores y excesos de Sánchez en la gestión de esta crisis. Desde la «ocultación» de las alertas por el riesgo de contagios, pasando por la «incompetencia» en el acopio de mascarillas, los test falsos, el «abuso» del estado de alarma, el haber controlado las redes y el hacer «oposición a la oposición». Y ha afirmado que la gestión del Gobierno se resume en la peor cifra de muertos por habitante y la peor gestión económica de Europa. «¿Cree que así salimos más fuertes?», ha preguntado.

Casado ha culpado a Sánchez de no haber aceptado la mano que le tendió cuando le ofreció una docena de pactos de Estado sin pedir nada a cambio y sin embargo haber acordado con EH Bildu la derogación de la reforma laboral. Ha recordado la propuesta del Pacto Cajal por la Sanidad, de una comisión en el Senado y un plan de reactivación económica y una oficina de atención a las víctimas. «Si no valora estas propuestas, queda claro que son ustedes y sus socios los que esparcen el veneno de la confrontación», ha dicho dirigiéndose a Sánchez, concluyendo que el PP ha dejado «el antídoto» por lo que «la pelota están en su tejado».

En su respuesta, Sánchez, ha insistido en que el estado de alarma ha salvado 450.000 vidas y que medidas como el ingreso mínimo vital, los ERTE o los créditos ICO han ayudado a paliar las consecuencias económicas. Y, frente a ello, el PP ha hecho, a su juicio, un frente común con la ultraderecha para derrocar al Gobierno. Pero ha dado por hecho que el PP ha fracasado en ese objetivo porque el Ejecutivo «está en pie, gobierna y legisla», por lo que, de cara al futuro, «deberán dirimir si van a tomar el camino de la bronca o el de la unidad».

Ciudadanos se presenta como árbitro

El portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, ha aprovechado el giro emprendido por su partido al pactar con Sánchez las prórrogas del estado de alarma y el decreto de la nueva normalidad para erigirse en árbitro entre el Gobierno y el PP. «Apelo a su responsabilidad para que aparque las batallas sectarias y partidistas y piense en grande para trabajar para los españoles. Eso sí será la nueva normalidad, eso sí será la nueva política», le ha dicho a Sánchez.

Bal ha instado al líder socialista a moderar el tono de los miembros de su Gobierno, incidiendo en la responsabilidad del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias en el «guerracivilismo, la bronca y la guerra de trincheras». «Su Gobierno va desbandado. Acusa de golpistas a un grupo parlamentario, dice que una comunidad se comporta de forma criminal», ha indicado, recordando también «la que ha liado Marlaska en la Guardia Civil». «¿No va a decirles nada? Es usted el que tiene la responsabilidad», le ha insistido al jefe del Ejecutivo. En su respuesta, Sánchez ha eludido la confrontación y ha asegurado que hará «todo lo posible y más» para conseguir ese clima de entendimiento. Y ha afirmado que Ciudadanos ha sido «testigo» de esa voluntad de llegar a acuerdos con la oposición. Algo que ha dado lugar, según ha dicho, a acuerdos «que son buenos para la ciudadanía». El presidente ha aprovechado para reiterar su propuesta de crear en el Congreso una «comisión de evaluación del covid-19» para «saber exactamente qué es lo que tenemos que mejorar del sistema de salud pública y qué medidas tenemos que propiciar en nuestro sector productivo para autoabastecernos de un material que, claramente, en esta pandemia ha sido insuficiente como consecuencia de nuestra dependencia de terceros países».

La sesión de los cafés

Sin rebajar el tono de enfrentamiento, tanto la vicepresidenta primera,Carmen Calvo, como el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, trataron de evidenciar el supuesto deseo de diálogo del Gobierno con la oposición invitando la primera a la portavoz parlamentaria del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, y el segundo al secretario general del PP, Teodoro García Egea, a tomar un «un café» para tratar de acercar posturas. «Tómese un café conmigo con un par de horas por delante. Acéptelo», le dijo Calvo a la portavoz del PP con el pretexto de que su pregunta sobre la relación del Ejecutivo con la verdad era demasiado filosófica para dirimirla en la sesión de control. Una fórmula, la del café, que luego Iglesias repitió con ironía al número dos de los populares. Poco antes de esa invitación, Álvarez de Toledo había acusado a Calvo de «extender el bulo» de que el PP está implicado en un intento de golpe de Estado. Algo que, según ha dicho, solo pretende tapar una «letal gestión» del Gobierno que ha costado «miles de vidas». En resumen, una nueva sesión bronca en el Congreso que en absoluto hace prever una rebaja de la crispación política, y menos con unas elecciones gallegas y vascas a la vuelta de la esquina.