Irene Montero secunda la táctica de Iglesias y llama golpistas a PP y Vox

ramón gorriarán MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Montero charla con Iglesias en un acto de Podemos el pasado año
Montero charla con Iglesias en un acto de Podemos el pasado año JON NAZCA | Reuters

El líder de UP se reafirma, «porque dije la verdad», pero cree que cayó en una provocación

30 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La estrategia de Unidas Podemos es confrontar con la oposición para tener un perfil propio después de meses en el segundo plano. Este viernes, Irene Montero reapareció en televisión para repetir los ataques del vicepresidente Pablo Iglesias, que un día antes tachó de «golpistas» al PP y a Vox. «A veces hay que decir cuatro verdades», espetó la ministra de Igualdad al presentador tras repetir las acusaciones vertidas en el Congreso horas antes.

Irene Montero denunció que tanto el PP como Vox llevan «semanas llamando a la insubordinación del Ejército», al que animan a «actuar» para derrocar al «Gobierno criminal e ilegítimo» de Sánchez. Están «alentando a la rebelión y la sublevación» de los militares, recalcó la ministra.

En ese clima de confrontación, el líder de Unidas Podemos aceptó que cometió un error al calificar a Vox de partido golpista, pero limitó el patinazo al marco en que lanzó la acusación, no al contenido de sus palabras. «Dije la verdad pero me equivoqué», asumió el vicepresidente en referencia a que su comentario eclipsó las propuestas económicas y sociales que hizo ante la comisión de reconstrucción.

El Gobierno no cerró filas con Iglesias -en la Moncloa no gustaron sus palabras y más de un ministro consideró que eran impropias del número tres del Ejecutivo-, pero en cierta manera disculpó sus palabras porque «la derecha», denunció la ministra portavoz, ha puesto en marcha «una estrategia de crispación» para erosionar a Pedro Sánchez.

Un análisis muy extendido entre los diputados socialistas y morados, que atribuyen la escalada de tensión parlamentaria a un plan diseñado por la oposición para fracturar la alianza gubernamental y provocar nuevas elecciones el próximo año.

«La crispación -explicó Iglesias- es un mecanismo político para controlar la agenda» y que no se hable de la labor gubernamental y el debate transcurra por los cauces que busca el crispador. El vicepresidente segundo habla con autoridad del tema porque él mismo y su partido utilizaron esa estrategia contra Sánchez y el PSOE nada más aterrizar en el Congreso en el 2016 para desbancar a los socialistas como fuerza hegemónica de la izquierda. Iglesias llegó a acusar al PSOE durante un debate en el Congreso en marzo de aquel año de tener «su pasado manchado de cal viva», en alusión a los GAL. 

Otro desafío con los Jordis

Esa necesidad de marcar perfil propio en la que insisten desde Unidas Podemos tuvo otro episodio este viernes a cuenta del desafío secesionista. El partido del vicepresidente segundo estampó su firma, junto a Más País, Bildu, ERC, la CUP, el BNG y otros partidos independentistas, en un escrito en el que se califica de injusta la sentencia de los Jordis, Sànchez y Cuixart, y piden una salida inmediata de la cárcel de ambos líderes, condenados por sedición en el referendo del 1-O.

Feijoo critica la confrontación: «Basta ya de espectáculos, tenemos casi 30.000 fallecidos» 

J. Capeáns

El presidente de la Xunta lanzó un contundente mensaje contra el tono que ha adquirido la política en los últimos días, pero en buena medida la bronca iba para su propio partido, por entender que estaba cayendo en los «señuelos» del bipartito. Alberto Núñez Feijoo fue cuestionado sobre las palabras que Cayetana Álvarez de Toledo le dedicó a Pablo Iglesias, indicando que era «hijo de un terrorista».

Feijoo no personalizó su respuesta en la portavoz del PP en el Congreso e hizo una enmienda general a toda la oposición: «Hay casi 30.000 fallecidos en España por una pandemia y millones de españoles preocupados por su futuro. Basta ya de espectáculos parlamentarios, ya sea en pleno o en comisión».

Para Feijoo, el deber del Gobierno «es gobernar y aproximar posturas con la oposición, sin buscar provocaciones y enfrentamientos. Es evidente que el Gobierno ha perdido los papeles en las últimas semanas y que lo único que pretende es que la oposición también los pierda. Yo lo que quiero es que ningún compañero de mi partido, o de otros, entre al señuelo».