Pedro Sánchez fija ya los límites de cualquier futuro pacto de Gobierno

paula de las heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

JAVIER SORIANO | Afp

Cierra la puerta a propuestas del partido de Iglesias como el referendo en Cataluña y el «control político» de la Justicia

27 may 2016 . Actualizado a las 09:20 h.

Pedro Sánchez ha decidido dejar ya fijados, a un mes de las elecciones generales del 26 de junio, los límites que bajo ningún concepto está dispuesto a sobrepasar en la búsqueda de un acuerdo que le permita llegar al Gobierno. El candidato socialista a la Moncloa insiste en que él aspira a ganar los comicios, pero -como el mismo Mariano Rajoy, que ya ha adelantado su intención de volver a intentar una gran coalición- asume que en el que actual panorama político ninguna fuerza se bastará por sí misma para garantizar la estabilidad del Ejecutivo. «Los españoles tienen que saber qué se va a hacer con sus votos el 27 de junio y antes de con quién vamos a caminar, tenemos que decir hacia dónde queremos ir», explicó.

Las lindes de Sánchez están recogidas en un documento del PSOE que lleva por título Sí a los 6 principios del cambio y que fue presentado ayer por el propio secretario general en un acto al aire libre (en el que no admitió preguntas), frente al monumento a la Constitución, en la plaza de las Bellas Artes de Madrid, en pleno Paseo de la Castellana. El texto contiene líneas rojas que condicionarían claramente un eventual entendimiento con Podemos, partido al que el líder socialista asegura estar dispuesto a volver a tender la mano. Pero hay también propuestas que buscan marcar distancias respecto al PP.

Los socialistas advierten así de que en ningún caso negociarán un referendo para la independencia de Cataluña, una de las exigencias del partido de Pablo Iglesias en las conversaciones para la investidura tras el 20 de diciembre. También subrayan su negativa al «control político» de la Justicia, la Administración, las fuerzas de seguridad, la radiotelevisión pública, los órganos constitucionales y los organismos reguladores; una de las exigencias más polémicas de la formación morada en las negociaciones fallidas para la investidura de Sánchez.

 «Reforma fiscal justa»

Estos dos asuntos son claves para la estrategia electoral de los socialistas. Creen que son cuestiones que despiertan un enorme rechazo en la inmensa mayoría de los españoles, también de los progresistas. Y en un momento en el que Iglesias y la amalgama de 16 partidos con la que concurre a las elecciones amenazan con arrebatarles la posición hegemónica de la izquierda, tratan de lograr que los electores tengan muy presentes sus postulados.

El documento del PSOE no se limita, en todo caso, a dejar claro el terreno de confrontación con su principal rival en la izquierda, también se esmera en acentuar su perfil socialdemócrata frente a Ciudadanos y, sobre todo, frente al PP. Remarca que su prioridad es poner en marcha una «reforma fiscal justa» (lo que incluye su idea de financiar las pensiones vía impuestos) y ciega, por ejemplo, el camino a «recortes en el Estado de bienestar». Es más, expresa su rechazo a los copagos farmacéuticos de los pensionistas, se compromete a no retirar la tarjeta sanitaria a inmigrantes y los españoles que pasen más de tres meses fuera de España, promete un ingreso mínimo vital para «700.000 hogares» y a cumplir la ley de dependencia.

Asimismo, insiste en la derogación de los aspectos de la reforma laboral que recurrieron sin éxito ante el Tribunal Constitucional, como la facultad del empresario de modificar unilateralmente las condiciones de trabajo previstas en acuerdos o pactos colectivos, o la supresión de la obligación de especificar las causas y razones de un despido. «A mí me gustaría que Pablo Iglesias -dijo Pedro Sánchez como colofón- dejara de equivocarse, se ha equivocado durante estos meses porque ha interpretado que su adversario era el PSOE y el adversario común es el PP».

«La gente de Podemos tiene odio y son violentos», dice el exministro Molina Iglesias y Garzón coincidirán en cuatro actos

César Antonio Molina, exministro de Cultura en el Gobierno de Rodríguez Zapatero entre los años 2007 y 2009, se mostró ayer en Vía V muy crítico con Podemos. «Esta gente tiene odio y rencor y son violentos. Y no lo admito», afirmó el ex alto cargo socialista. Molina citó a María Zambrano para señalar que el comportamiento de Podemos lleva «al «delirio de España, y sabemos a qué conduce eso». El exministro continuó con su argumentación: «Si esta gente saliese por mayoría absoluta, iría contra todos los principios que hemos defendido, como la Constitución». Acusó a los diputados del partido morado de montar un «circo mediático» en el Congreso y de insultar a la institución. «No tienen ningún problema en destruir la democracia porque no creen en ella y creo que la democracia tiene que ser combativa con ellos. Ojalá me equivoque», concluyó el escritor gallego.

Podemos e IU dieron marcha atrás en sus planes iniciales y ayer anunciaron que Pablo Iglesias y Alberto Garzón compartirán escenario en, «al menos», cuatro grandes mítines de Unidos Podemos que se celebrarán en Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía. La idea de las campañas diferenciadas, ahora aparcada, era una de las exigencias impuestas por los sectores de cada partido más reacios a la coalición electoral.