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Dolores Delgado sostiene que su paso por Justicia supone «una fortaleza»

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Delgado, al inicio de su comparecencia ante la Comisión de Justicia del Congreso, último trámite para ser nombrada fiscala general del Estado
Delgado, al inicio de su comparecencia ante la Comisión de Justicia del Congreso, último trámite para ser nombrada fiscala general del Estado Fernando Alvarado | EFE

La exministra del PSOE salva el último trámite para ser la fiscala general del Estado

21 feb 2020 . Actualizado a las 11:25 h.

Dolores Delgado superó ayer el último trámite para convertirse de forma oficial en la fiscala general del Estado al obtener la confianza de la comisión de Justicia del Congreso, un visto bueno logrado gracias a la suma de votos del bipartito sobre el que se sostiene el Gobierno, así como del resto de los aliados parlamentarios que favorecieron la investidura de Pedro Sánchez.

Para Delgado, el hecho de haber sido hasta hace apenas un mes la ministra de Justicia del Ejecutivo socialista no supone una traba, sino un plus: «No debe entenderse como una debilidad, sino como una fortaleza», defendió en su exposición inicial, consciente de que los portavoces críticos con su nombramiento insistirían en este aspecto.

El de Ciudadanos, Edmundo Bal, consideró la propuesta de Sánchez como «una anomalía democrática» por sus lazos con el PSOE. Delgado no es afiliada al partido, pero en las dos últimas campañas pidió el voto para esta formación y formó parte de sus listas electorales. Bal cuestionó que con Delgado al frente de la Fiscalía desaparecen «la independencia, la objetividad y la despolitización» de las que debería gozar esta institución. Ortega Smith, de Vox, calificó la candidatura de Delgado como «la más inadecuada e inconveniente».

La exministra de Justicia justificó que su nombramiento está alumbrado por los tres poderes del Estado. El Ejecutivo, al haber sido propuesta para el cargo directamente por la Moncloa; el Judicial, con el aprobado de un CGPJ dividido; y, finalmente, el Legislativo, al haber logrado ayer el respaldo de la comisión del ramo.

«Usted va a ser una fiscala general del Estado de parte, genuflexa ante el Gobierno, guardiana del PSOE y defensora del independentismo», denunció el portavoz popular, Luis Santamaría.

Tampoco se le pasó por alto una de las mayores polémicas que asediaron a Delgado en su etapa al frente de la cartera de Justicia, cuando trascendieron unas grabaciones en las que celebraba con el excomisario Villarejo la utilidad de «la información vaginal» o se refería al ministro Grande-Marlaska como «maricón».

Cambio en Podemos

Este episodio le costó una de las tres reprobaciones que acumuló en el Congreso. Contribuyó de forma decisiva la postura de Podemos, con Pablo Iglesias exigiendo su dimisión. Pero desde la llegada al Gobierno de la formación morada las tornas han cambiado. El representante de UP en Justicia, Jaume Asens, valoró este jueves que cumplía con los requisitos de «ser española», «acumular 15 años de carrera fiscal» y «ser una jurista de reconocido prestigio, nadie en esta Cámara duda de su méritos», dijo. Asens incluso celebró como una buena noticia que «sea una mujer la que ostente este cargo».

El otro diputado que defendió abiertamente a Delgado fue el socialista Pablo Arangüena. «Tiene un currículo abrumador y un prestigio profesional fuera de toda duda, no puede quedar manchado por unas conversaciones de índole privado», expuso. El gallego aprovechó su turno de palabra para atacar a la oposición. Acusó a «las ultraderechas» de estar dedicándose a «hacer ruido desde que cayó Rajoy».