El PSOE y ERC cierran un acuerdo para investir a Sánchez en enero

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado LA VOZ

ESPAÑA

Equipos negocidaores de ERC y el PSOE, reunidos en Barcelona el 10 de diciembre
Equipos negocidaores de ERC y el PSOE, reunidos en Barcelona el 10 de diciembre David Zorrakino

La formación deberá convocar antes el Consell Nacional para decidir si apoya la investidura del candidato socialista

30 dic 2019 . Actualizado a las 11:28 h.

Los «flecos» a los que hace unos días se refería la portavoz de ERC, Marta Vilalta, como el último paso para cerrar un acuerdo entre los independentistas y el PSOE que permitan la investidura de Pedro Sánchez ya no son un problema. El presidente de los republicanos, Oriol Junqueras, ha tenido acceso desde la prisión de Lledoners al informe de la Abogacía del Estado que mantenía en vilo a todo el país. Antes incluso que el Tribunal Supremo. Y parece que el dirigente de Esquerra ha dado su visto bueno. Salvo sorpresa mayúscula, sus diputados en Madrid se abstendrán para facilitar la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

A pesar de que el acuerdo entre el PSOE y los independentistas está tan cogido con pinzas que hace que pueda truncarse en cualquier momento, ahora solo parece que pueda echarse a perder por una rebelión de las bases y los cuadros medios de la formación republicana. Su Consell Nacional se reunirá en los primeros días de enero para debatir dicho acuerdo. Se trata del máximo órgano del partido entre congresos, y, entre otros, está integrado por la ejecutiva nacional, una selección de diputados, alcaldes de localidades representativas o una treintena de militantes rasos debidamente seleccionados. Es decir, aparato puro, por lo que no se prevé que decidan en contra del sentido de la dirección. Fuentes del partido recalcan que la reunión del Consell Nacional es «imprescindible» antes de que puedan dar la luz verde definitiva a sus trece abstenciones. Para que no quede ningún cabo suelto, hoy tendrá lugar la habitual reunión de la ejecutiva de los lunes en la que no existirá otro tema.

El otro factor desestabilizador puede ser la presión en las calles del ala más radical del independentismo. Precisamente este es un aspecto que favorece la celeridad también por parte de ERC, ya que estas fechas navideñas no contribuyen a la movilización y el desgaste surgido por las negociaciones está afectando a las dos partes.

Pacto por Navidad

Para cerrar el acuerdo entre socialistas e independentistas no hicieron falta más paripés de reuniones de sus equipos. El visto bueno definitivo se obtuvo tras bambalinas y entre rejas, las de la prisión de Junqueras. A pesar de que Esquerra anunció que no volvería a sentarse en una mesa con dirigentes del PSOE hasta que conociese la posición de la Abogacía del Estado sobre la inmunidad de su líder como eurodiputado, las conversaciones han fluido a lo largo de toda la semana de Navidad con un especial repunte en el tramo final de la misma. Los canales establecidos entre ambos partidos son sólidos. Extremadamente sólidos los tejidos entre los portavoces parlamentarios de cada partido, Adriana Lastra y Gabriel Rufián, y también excepcionalmente fuertes los armados entre la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, y el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, un diálogo este último que en parte representa el aperitivo de la primera exigencia formulada por ERC: formalizar una mesa de negociación entre gobiernos, «de igual a igual». El PSOE, además, contaba con la colaboración de Pablo Iglesias como desengrasante.

Así, el Gobierno socialista y la formación independentista logran cerrar el acuerdo en medio de las críticas de la oposición, que no da crédito a cómo una persona encarcelada por sedición pueda tener acceso a un informe de la Abogacía del Estado, organismo dependiente del Ministerio de Justicia y, por tanto, del Gobierno, antes de que se haga oficial, algo que se prevé que suceda este mismo lunes. No habían transcurrido ni unas horas desde que la asociación de Abogados del Estado denunció el mangoneo que están sufriendo.

En paralelo a las negociaciones con los secesionistas, el PSOE ha conversado con otras fuerzas minoritarias en busca de apoyos para la investidura, pero con la abstención de ERC y Bildu, los votos a favor de BNG, Coalición Canaria o Teruel Existe ya no resultan imprescindibles.

Un calendario todavía sin cerrar para la investidura

Sánchez pisa el acelerador a fondo y está dispuesto a buscar la confianza de la Cámara Baja el día de la cabalgata de Reyes, que este año coincide domingo. La estrategia es apurar al máximo para que los muchos y muy grandes factores desestabilizadores que rodean a su pacto con ERC actúen lo menos posible. En principio su compromiso era ser investido antes de que concluyese el 2019, algo que ya puede darse por descartado. Ahora tiene entre ceja y ceja la primera semana de enero. Sin embargo, y a pesar de que las prisas en ERC también apremian, los independentistas recuerdan que la reunión de su Consell Nacional para refrendar este acuerdo es «imprescindible», y que el máximo órgano del partido entre congresos no se reunirá hasta, como mínimo, el próximo día 2 de enero, lo que aleja las opciones de una investidura por Reyes, por mucho que desde Ferraz sigan transmitiendo que todavía la ven posible.

En caso de que el Consell se reuniese el jueves 2 de enero, el debate de investidura podría arrancar el viernes 3, forzando mucho (Batet tiene que convocar el pleno con al menos 24 horas de antelación), o el sábado. Las cuentas no salen. Una opción vista con mejores ojos por ERC, y también por el PNV, es que el debate arranque el martes 7 y se vote el viernes 10. Conviene no perder de vista que el formato de este debate se prolongará durante cuatro días. En el primero, el candidato expone su programa de Gobierno, y a continuación los grupos fijan posición. El segundo día acaban las exposiciones y se procede a la votación, en la que Sánchez necesita una mayoría absoluta que no tiene. El reglamento exige esperar 48 horas para proceder a la segunda votación, en la que basta con una mayoría simple.