«Que no espere nada del lunes», dice un Casado «avergonzado» por la deriva anticonstitucionalista de Sánchez
ESPAÑA
Reivindica el acto en Colón frente a los contactos del PSOE con Torra
14 dic 2019 . Actualizado a las 21:14 h.El encuentro del lunes entre Pedro Sánchez y Pablo Casado en el Congreso únicamente servirá para constatar el abismo que separa a PP y PSOE en vísperas de la investidura. No habrá revisión posible del no del líder del PP a la elección del socialista. La decisión es firme. «Que no espere nada del lunes —avisó a su adversario—, porque lo que va a encontrar es un partido que es la alternativa para acabar con esta deriva nacionalista, anticonstitucional, de un socialismo que ha perdido su esencia».
Casado no es ajeno a las presiones al papel que debe ejercer o no el PP en el desbloqueo. Y cada una de sus intervenciones en las últimas semanas va encaminada a proporcionar argumentos que sustenten su rechazo tanto a facilitar la investidura como a ofrecer una alternativa. El sábado, presentó al PSOE como un partido que negocia con el independentismo catalán «libre y voluntariamente» y que no actúa obligado por la fragmentación parlamentaria y la negativa de los populares. Lo repitió una y otra vez. Y en ese contexto descartó convertirse en «cómplice».
El relato volvió a remontarse al 2003. Casado acusó a los socialistas de llevar «16 años blanqueando la hoja de ruta del Tinell», un pacto con Esquerra e Iniciativa per Catalunya Verds para gobernar en Cataluña y que descartaba en una de sus cláusulas los acuerdos con los populares. El repaso se detuvo en el 2018, en la mano tendida de Sánchez a la Generalitat para abrir un «diálogo efectivo» sobre el futuro de este territorio. Una muestra más, a su juicio, de las razones que deben llevar al PP a ejercer de alternativa. «Quien ahora se rasga las vestiduras y nos pide que saquemos del atolladero a este PSOE de tres lustros de planificación —advirtió— son los que decían que yo sobreactuaba en Pedralbes».
El presidente del PP rescató el discurso más crítico y elevado contra Sánchez. Habló de que le da «vergüenza ajena la deriva anticonstitucional» del Gobierno, y reivindicó la concentración que promovió el partido en Colón, junto a Cs y Vox, frente al Ejecutivo socialista por los contactos con Quim Torra. Si acaso reconoce que le «sobraron» adjetivos en aquella campaña que llevó a los populares a un suelo de 66 escaños desconocido para el partido. Pero no cree equivocarse en el fondo de su censura y encomienda a sus cuadros a dar la batalla, porque Sánchez pone en peligro el sistema de la transición y el orden constitucional con su «agenda rupturista». Y avisado de que no van a admitir que «el PSOE diga que España es una nación de naciones y Cataluña es una nación» ni que el conflicto sea político.
En la comida navideña de los populares madrileños, reclamó al partido erigirse en «dique» y no «admitir» ni que en Cataluña hay un «conflicto político» ni el concepto de España que tiene el PSC y que describe al país como «una nación de naciones». La plurinacionalidad de los socialistas la enmarcó en una «agenda de ruptura, acomplejada». Y atribuyó al PP la defensa en exclusiva de la Constitución.
Pero de los dirigentes del PP espera, además, un papel central en los próximos días. Los presidentes autonómicos van a recibir la llamada de Sánchez en la ronda telefónica que ha anunciado. «Aunque os usen de comparsa, aprovechemos para hacer oposición ya», les dijo.