Protestas por una charla en la Universidad del País Vasco de un exetarra condenado por asesinato

K. D. VITORIA / COLPISA

ESPAÑA

Varias personas que han acudido a la concentración de la Asociación Esteban de Garibay por la charla del ex-preso de ETA José Ramón López Abetxuko, sostienen una pancarta en la que se lee  Ni olvido ni perdón , frente al Aulario de Las Nieves del Campus de Álava de la Universidad del País Vasco (UPV), en Vitoria
Varias personas que han acudido a la concentración de la Asociación Esteban de Garibay por la charla del ex-preso de ETA José Ramón López Abetxuko, sostienen una pancarta en la que se lee Ni olvido ni perdón , frente al Aulario de Las Nieves del Campus de Álava de la Universidad del País Vasco (UPV), en Vitoria Nuria González | Europa Press

Víctimas del terrorismo, socialistas y populares califican de "indigno" el acto coincidiendo con el Día de los Derechos Humanos

11 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El exetarra José Ramón López de Abetxuko impartió finalmente sin contratiempos una conferencia en el campus vitoriano de la Universidad del País Vasco sobre los presos terroristas enfermos, pese a las críticas de las víctimas del terrorismo y del PSE-EE y el PP, que han calificado de «indignidad» este acto coincidiendo con el Día de los Derechos Humanos.

Enfrente, medio centenar de personas se concentraron para denunciar la celebración de la charla. Entre ellas, varias víctimas de López de Abetxuko, que el verano pasado terminó de cumplir 30 años de cárcel por asesinar a Jesús Velasco Zuazola, jefe de policías forales de Álava, y a Eugenio Lázaro Valle, comandante del Ejército y jefe de la Policía Municipal de Vitoria. Nunca se ha arrepentido de esas muertes.

«Por culpa del terrorismo de ETA no he conocido a mi abuelo» [Jesús Velasco], denunció Casilda Chico Velasco, la nieta. La protesta arrancó pasado el mediodía. López de Abetxuko ya estaba dentro del edificio. Y para entonces, también, el profesor Txema Portillo había colocado dos pequeños carteles: «A Fernando Buesa y Jorge Díaz los asesinaron aquí». El puñado de concentrados permaneció en silencio tras una pancarta con la leyenda «Ni olvido ni perdón». La charla transcurrió sin alusiones a ETA y sin autocrítica. Pidió el fin de la dispersión de presos.