Cruce de acusaciones entre PSOE y PP por favorecer la entrada de Vox en la Mesa del Congreso

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

ESPAÑA

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Las fuerzas progresistas se hacen con seis de los nueve asientos tras la negativa de Abascal a ceder uno a Cs; Meritxell Batet repite como presidenta del Congreso

03 dic 2019 . Actualizado a las 17:01 h.

Primer día de legislatura y primer gran choque entre el PSOE y el PP. La entrada de Vox en la Mesa del Congreso con una de las cuatro vicepresidencias ha supuesto un cruce de acusaciones entre socialistas y populares, que se responsabilizaron mutuamente de haber favorecido la llegada del partido de Santiago Abascal al órgano de gobierno de la Cámara Baja por primera vez en su historia.

Desde Ferraz afean al PP no haber querido entrar en un cambalache con Podemos para repartirse los votos entre estas tres formaciones con el fin de establecer «un cordón sanitario» a Vox. Por su parte, desde Génova sostienen que dejar a Vox fuera de la Mesa estaba en manos de Sánchez, siempre y cuando este hubiese estado dispuesto a renunciar a la vicepresidencia primera a cambio de la segunda, ya que repartiendo los 185 votos del PSOE y de Podemos entre tres candidatos, y no entre dos, habría sido suficiente para impedirles el paso.

De los 348 votos, 108 fueron para el candidato socialista Alfonso Gómez de Celis, que repetirá como vicepresidente primero; 101 para Ana Pastor, que volverá a ostentar la vicepresidencia segunda tras recibir los apoyos de PP, Cs y Navarra Suma. También repite Gloria Elizo, representante de Podemos que se ha beneficiado de parte de los votos socialistas y de un buen puñado de los nacionalistas de la Cámara. El candidato de Vox, Ignacio Gil Lázaro, obtuvo el apoyo de los 52 diputados de su partido. Es la primera ocasión en la que Vox logra una silla en este órgano encargado de arbitrar el funcionamiento de la Cámara Baja, pero Gil Lázaro ya conoce bien sus entresijos, en donde defendió los intereses del PP desde el 2004 hasta el 2015.

 En la votación para repartir las cuatro secretarías, el PSOE obtuvo una plaza para Sofía Hernanz Costa; Unidas Podemos, dos asientos, que serán ocupados por Gerardo Pisarello y Javier Sánchez Serna. La última plaza fue para el popular Adolfo Suárez Illana.

No hubo ninguna sorpresa en la votación para elegir a la presidenta de la Cámara, y la candidata socialista repetirá como tercera autoridad del Estado tras haberse impuesto a Ana Pastor en el desempate.

Finalmente, el equilibrio de fuerzas entre izquierda y derecha será más favorable para los primeros en la Mesa que en el Hemiciclo, ya que las formaciones progresistas consiguen colocar a seis diputados (tres del PSOE y tres de Podemos), mientras que los conservadores se quedan con tres sillas (dos del PP y una de Vox).

Ciudadanos, tras su batacazo electoral, se queda fuera a pesar de que los populares les prestaron votos en la votación para las secretarías, pero resultaron insuficientes tras la negativa de Vox a pactar con sus aliados parlamentarios en Madrid o Andalucía. En caso de haber aceptado la propuesta que lanzó Casado este martes, un reparto dirigido de votos entre las derechas hubiese significado que Podemos cediese una de sus tres sillas a un diputado naranja. Este hecho también ha motivado un cruce de acusaciones entre Santiago Abascal y Teodoro García Egea.

El presidente de Vox ha señalado a los populares como «únicos responsables de que el comunismo y el separatismo tengan un sitio más en la Mesa» por haber preferido dar sus votos a Cs antes que a su candidato. García Egea respondió que en la Mesa no estará José María Espejo (Cs), «que luchó contra el golpe de Estado desde Cataluña», y en su lugar estará Gerardo Pisarello, «aliado de Colau y los independentistas».