Los votantes del BNG fueron los más fieles respecto a abril, y el PP captó a más abstencionistas

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

ESPAÑA

David Fernandez

Los simpatizantes del PSOE y Podemos en Galicia alimentaron al Bloque; y los de Cs, a los populares y a Vox

17 nov 2019 . Actualizado a las 13:13 h.

La repetición de las elecciones en un margen de medio año ha dejado en los partidos gallegos firmes adhesiones, duros castigos y más movimientos de los que se aprecian con el simple análisis de los resultados absolutos. Sondaxe ha realizado un informe poselectoral con entrevistas entre población empadronada en Galicia (del 11 al 14 de noviembre) que confirman que el BNG cimentó la conquista de su diputado por la provincia de A Coruña con un alto nivel de fidelidad de sus votantes con respecto a los comicios de abril. Un 91 % de los simpatizantes nacionalistas depositaron la misma papeleta en las urnas, aunque en su recuento también aparecieron aportaciones de votantes que antes habían apoyado al PSOE.

En el ámbito de la izquierda gallega hubo más trasvases. Galicia en Común, la marca satélite de Podemos, resistió con los mismos dos diputados por A Coruña y Pontevedra gracias a su capacidad para retener un 87,2 % de los apoyos, aunque muchos de los 55.000 votos que les faltan respecto a hace medio año fueron a parar también al Bloque (casi un 10 %) y, en menor medida, a los socialistas (2,1 %).

El centro ideológico, representado en teoría por Ciudadanos, se desfondó. En términos absolutos, la formación naranja pasó de 184.000 votos a algo menos de 64.000. Ahora sabemos que un 37 % de los que habían apostado por Rivera se quedaron en casa, y que un 22,5 % se sintieron aludidos por el mensaje del voto unido que lanzó Feijoo, ya que optaron por el voto popular. Un 5 % prefirió irse al extremo de Vox, e incluso el BNG y los socialistas disfrutaron de algunos restos del naufragio, en torno a un 2 % respectivamente.

Algo parecido le sucedió al PSOE. Aunque es evidente que las siglas soportaron la repetición con mayor solvencia (la fidelidad fue de un 62 %), los socialistas se dejan en Galicia apoyos que han repartido por todas las demás opciones, aunque el motivo que justifica que haya caído a segunda fuerza es que casi uno de cada cuatro votantes de abril se pasaron a la abstención.

Precisamente en ese caladero fue en el que basó su victoria el PP. Los de Feijoo fueron los únicos que consiguieron movilizar significativamente a los que en abril no votaron, y se alimentaron casi por igual del voto útil procedente de Ciudadanos y Vox. La marca de Santiago Abascal retuvo a un 80 % de sus electores y también pescó en aguas de Ciudadanos (5 %) y de los populares (3,6 %).