Puigdemont monta en Francia la retaguardia de las movilizaciones callejeras en Cataluña

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Antonio Broto | EFE

Un juez de Barcelona investiga si la trama corrupta de un excargo de CDC costeó gastos del expresidente en Waterloo

15 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A la conquista de la independencia de Cataluña, desde Waterloo, pasando por Perpiñán. Ese parece ser el plan del fugado expresidente catalán, Carles Puigdemont, que este jueves escenificó en su residencia belga la puesta en marcha de un nuevo tentáculo de su consejo por la república, esta vez en territorio francés, en lo que los independentistas denominan la «Cataluña Norte», los territorios del sur de Francia donde se habla catalán. La pretensión de los secesionistas es que la nueva delegación en Perpiñán sirva de «retaguardia» y «brinde apoyos a muchas de las movilizaciones que se hacen desde Cataluña». Así lo aseguró ayer el exconsejero Toni Comín, poniendo como ejemplo los cortes de la AP-7 esta semana, «que han necesitado y aprovechado esta red de acción articulada».

Subrayó también que el nuevo órgano —delegación en suelo francés del Gobierno en el exilio que Puigdemont trata de recrear con su consejo por la república—, tiene un «valor estratégico excepcional», ya que dicha oficina será «un actor útil» en los dos frentes de la estrategia independentista: la internacionalización y la movilización ciudadana.

Sin embargo, el órdago de los secesionistas cosechó indiferencia en España y Francia: cero reacciones institucionales.

Los independentistas, que convocaron en Waterloo a los medios para la presentación de la oficina gala, tiraron de redes sociales para anunciar que la periodista francesa Julia Taurinyà será la presidenta, mientras que el escritor Joan-Lluís Lluís ocupará la vicepresidencia.

«Nuestro primer tuit es para decir que nos mantendremos fieles para siempre al servicio de este pueblo y de la república catalana», aseguraban a media tarde los responsables de la nueva delegación en la cuenta de Twitter del colectivo, con una foto de familia en la que aparecían también Puigdemont y los exconsejeros Lluís Puig y Toni Comín, que precisamente hoy comparecerán ante la Justicia belga por las órdenes de extradición a España que pesan sobre ellos.

«Damos la bienvenida a la nueva delegación del Consell en la Catalunya Nord. Las comarcas catalanas bajo administración francesa también trabajan para la república catalana», añadía en la misma red social el consejo por la república.

El eco internacional languidece

Pese a los esfuerzos por internacionalizar el conflicto, el eco y el apoyo languidecen. Ayer mismo, el presidente electo del Consejo Europeo, Charles Michel, tras reunirse con Pedro Sánchez, declinó opinar sobre la euroorden que pesa sobre Puigdemont y los dos exconsejeros huidos a Bélgica. Indicó que no era el primer ministro belga y que confiaba en «el mecanismo institucional» en el que se basa el Estado de derecho y constitucional, ya que España es una democracia.

Por su parte, desde su fortín Puigdemont tampoco quiso valorar el pacto de Gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos o la propuesta de ERC. A preguntas de los periodistas sobre el asunto —precisamente en la presentación de la delegación de Perpiñán— respondió con un escueto «me pilla muy lejos».

Sin embargo, pese a la lejanía, la Justicia española no se olvida de él. Según informa Efe, el juzgado de Barcelona que instruye la causa por la presunta concesión fraudulenta de subvenciones a fundaciones afines a CDC investiga ahora si la trama desvió dinero público para costearle gastos en Waterloo.