Malestar entre los antidisturbios gallegos desplazados a Cataluña por la deficiente organización

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

Los productos que componen la alimentación de los policías gallegos en Cataluña
Los productos que componen la alimentación de los policías gallegos en Cataluña Cedida

Los policías protestan por la cena de anoche y la comida de hoy tras jornadas maratonianas

10 nov 2019 . Actualizado a las 16:38 h.

El ministerio del Interior realizó este fin de semana un amplio despliegue policial para garantizar la seguridad en la pasada jornada de reflexión y en la cita con las urnas de hoy en Cataluña. Más de 4.500 policías y guardias civiles reforzaron a los 8.000 mossos desplegados ante la posibilidad de altercados. El operativo enviado a esta comunidad dejó Galicia sin antidisturbios, al ser desplazadas cinco unidades de la UIP de Vigo y A Coruña, unos 160 agentes en total.

Y la alimentación que están recibiendo los policías gallegos deja mucho que desear. Un pack compuesto por un emparedado de jamón, un yogur y un sobre de patatas fritas empaquetado en cajas individuales es la base de su comida y de su cena, ayer y hoy. Los agentes gallegos, que desarrollan jornadas maratorianas para velar por la seguridad en estos comicios, señalan que tienen incluida pensión completa en los establecimientos hosteleros en los que descansan. Pero lo ofrecido deja mucho que desear. 

Otra de las quejas tiene que ver con la planificación de su tiempo de descanso, sobre todo con los conductores de las furgonetas policiales. Un ejemplo es lo ocurrido anoche. Uno de los grupos llegó al hotel que tenía asignado a las once, después de dejar las furgonetas en una zona de seguridad. Hoy, a las 4.30 horas, tenían que ir a buscarlas de nuevo, con menos de cinco horas de descanso. Luego tuvieron que conducir hora y media hasta Barcelona para desplegarse en los puntos que tenían asignados.

No es la primera vez que se produce una situación como esta. En el operativo desplegado durante las tensas jornadas del 1-0, los policías gallegos también se quejaron de problemas de habitabilidad en los barcos en los que dormían en el puerto de Barcelona y de la deficiente alimentación que recibían.