Los CDR fracasan en su intento de dinamitar la jornada de reflexión

Manuel Costoya
M. C. Cereijo REDACCIÓN

ESPAÑA

Varios manifestantes mueven un contenedor para utilizarlo de barricada, ayer en Barcelona
Varios manifestantes mueven un contenedor para utilizarlo de barricada, ayer en Barcelona RAFAEL MARCHANTE | REUTERS

La manifestación convocada en Barcelona apenas contó con setecientas personas

10 nov 2019 . Actualizado a las 10:16 h.

Las calles de Barcelona volvieron a ser el marco de las protestas del ala más radical del independentismo. Unas setecientas personas, convocadas por los CDR, se manifestaron en la noche de la jornada de reflexión por el centro de Barcelona con el objetivo de llegar a la Jefatura de Policía, asediada en los primeros días de movilizaciones por la sentencia contra el desafío secesionista. La estrategia fue la misma que en anteriores ocasiones. Juego del gato y el ratón con el amplio dispositivo de seguridad, compuesto por mossos y la Policía Nacional, por las calles del centro de la ciudad. Los manifestantes, jóvenes en su gran mayoría y encapuchados como en otras ocasiones, intentaron sin éxito superar el cordón policial. Hubo carreras, alguna barricada desmontada con celeridad, y el lanzamiento de huevos y bolsas de basura a los agentes. También los Mossos aseguraron que «un grupo de individuos encapuchados» había lanzado piedras y objetos contundentes contra la línea policial en Ronda Sant Pere. Una hora y media después de comenzada la protesta, los manifestantes se disolvieron.

Supuso el cierre de una jornada con muchos actos, pero no multitudinarios. Hasta 300 fueron convocados en toda Cataluña por Tsunami Democratic para pedir la puesta en libertad de los presos condenados por el desafío secesionista. El más numeroso tuvo lugar en Barcelona con un concierto en el tramo de Gran Vía que va desde la calle Balmes hasta la plaza Universitat, a pocos metros del centenar de personas que siguen acampadas, después de otras tantas decidieran abandonar la protesta entre acusaciones de robo y quejas por la falta de seguridad.

Los congregados en el concierto, inicialmente unos 700, apenas lograron llenar un tramo de unos 100 metros de una de las principales arterias de la ciudad. A media tarde se sumaron más, hasta llegar a los 7.000, según datos de la Guardia Urbana de Barcelona.

El primer indicador de como se iba a desarrollar la jornada se vio en la mañana del sábado en la frontera con Francia en Gerona, colapsada en varias ocasiones en las primeras protestas tras la sentencia del desafío secesionista. Ayer, solo decenas de personas interrumpieron el tráfico dos horas en el antiguo paso fronterizo de La Junquera, el de la carretera N-II. La incidencia en la circulación fue escasa. Se trata de un punto viejo punto de tránsito poco utilizado, ya que la conexión principal entre Francia y España es por la autopista AP-7, donde se encuentran dependencias de las fuerzas de seguridad de ambos países. También por la mañana, una marcha compuesta por doscientos ciclistas se desplazó a la cárcel de Lledoners para apoyar a los presos condenados por del desafío secesionista.

En el resto de Cataluña, los actos convocados transcurrieron sin incidentes. En Gerona, ademas de los recurrentes conciertos, se impartió un singular taller sobre qué hacer en caso de ser detenido o qué medidas de tipo sanitario se deben tomar para participar en actos de protesta.