Despliegue policial sin precedentes para la visita de la familia real a Barcelona

Melchor Sáiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Tan solo medio millar de estudiantes, la mayoría de Secundaria y Bachillerato, se manifestaron ayer en Barcelona para protestar por la sentencia del Supremo sobre los líderes independentistas y pedir su  libertad y acabar con la «represión»
Tan solo medio millar de estudiantes, la mayoría de Secundaria y Bachillerato, se manifestaron ayer en Barcelona para protestar por la sentencia del Supremo sobre los líderes independentistas y pedir su libertad y acabar con la «represión» Enric Fontcuberta

Unos 400 antidisturbios ayudarán a los Mossos ante la convocatoria de numerosas protestas

31 oct 2019 . Actualizado a las 21:14 h.

Nunca antes desde su coronación en junio del 2014 Felipe VI y su familia habían estado tan protegidos. Pero es que nunca antes la familia real se había metido en un avispero semejante. El Ministerio del Interior tiene previsto desplegar un dispositivo de seguridad sin precedentes para garantizar la seguridad del jefe del Estado, de la reina Letizia, de la princesa Leonor y de la infanta Sofía durante la visita a Cataluña de este lunes y martes para entregar los premios Princesa de Girona, que el año pasado se trasladaron a la Ciudad Condal por motivos de seguridad.

El dispositivo se llama Ícaro y, según los planes de Interior, movilizará, solo en el círculo más cercano a la familia real, a cerca de 400 antidisturbios. La cápsula de seguridad del jefe del Estado y de su familia, no obstante, será mucho más amplia e involucrará a varios centenares más de agentes, principalmente a funcionarios de la Brimo y las Arro (los antidisturbios de los Mossos), además de otras unidades de Policía Nacional y Guardia Civil de servicios de información y escoltas.

El desafío de seguridad —explican mandos del dispositivo— es muy importante, hasta el punto de que la Dirección General de la Policía, a pesar de la inminencia de las elecciones generales y de la necesidad de personal en todas las provincias, ha movilizado en las últimas horas a 250 agentes de la UIP de grupos de Madrid, Asturias y Valencia para mantener la presencia del Cuerpo Nacional de Policía en la Ciudad Condal y reforzar la protección de la familia real en la que probablemente sea su visita más complicada de los últimos años.

El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska, que mantendrá a más 2.000 antidisturbios en Cataluña hasta después del 10N, ha decidido un «blindaje zonal» tan amplio como el que puso en marcha Interior el 21 de diciembre del 2018 en Barcelona para proteger el Consejo de Ministros y que, pese al despliegue, acabó con graves incidentes.

Tormenta perfecta

Y es que las convocatorias de grupos radicales para el lunes y martes se han convertido casi en una tormenta independentista perfecta: ya hay llamamientos para la movilización de Arran, las juventudes de la CUP, al grito de «Ni rey ni miedo»; de los CDR, que animan a «dar la bienvenida que se merece» a Felipe VI; y de Tsunami Democràtic, la plataforma perseguida por la Audiencia Nacional como «terrorista». Tsunami, promotor de la toma del aeropuerto de El Prat el 14 de octubre, quiere que la protesta contra el jefe del Estado sea el calentamiento de una campaña mucho más amplia de movilizaciones, que seguirá con otras acciones la jornada de reflexión.

CaixaBank avisa del efecto Hong Kong: «Si sigue la violencia, habrá recesión»

CaixaBank considera que las protestas violentas como las vividas en el centro de Barcelona como reacción a la sentencia del Supremo por el 1-O pueden tener un impacto sobre la economía catalana y por extensión sobre la española «si se cronifican».

El consejero delegado del banco, Gonzalo Gortázar, ha admitido que la entidad ha sufrido «desperfectos en algunas oficinas» como consecuencia de los altercados, aunque ha intentado restarles importancia y ha dicho que los costes no han sido «significativos», según recoge Efe.

Gortázar ha asegurado que la «inestabilidad no ayuda al crecimiento económico», y que «de la inestabilidad a la violencia hay un impacto adicional», por lo que ha remarcado que la violencia debe ser «erradicada», puesto que estos episodios «no favorecen ni a los catalanes» ni al resto de españoles. En esta línea, ha insistido en defender «la necesidad del diálogo para buscar un acuerdo beneficioso para Cataluña y el resto de España».

El primer directivo del banco catalán ha explicado que es «muy difícil de medir» la incidencia sobre la economía de los altercados vividos en Barcelona en los días posteriores a conocerse la sentencia, pero ha tildado de «evidente» que tuvieron «impacto» sobre negocios como la actividad turística, la hostelería o el comercio al detalle. Preguntado por las protestas convocadas por colectivos como Tsunami Democràtic contra oficinas de CaixaBank, ha afirmado: «No somos la única empresa afectada por esas protestas, que no son justificadas y no son positivas para encontrar una solución».