Raül Romeva, el propagandista internacional del movimiento separatista

La Voz

ESPAÑA

Raúl Romeva, exconsejero de Asuntos Exteriores, condenado a 12 años de prisión y 12 de inhabilitación absoluta por delito de sedición en concurso medial con un delito de malversación de fondos públicos agravado en razón de su cuantía
Raúl Romeva, exconsejero de Asuntos Exteriores, condenado a 12 años de prisión y 12 de inhabilitación absoluta por delito de sedición en concurso medial con un delito de malversación de fondos públicos agravado en razón de su cuantía Jesús Hellín | Europa Press

Condenado por sedición a 12 años de cárcel

15 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Raül Romeva (Madrid, 1971) fue el efímero líder de aquel conglomerado llamado Junts pel Sí con el que el separatismo se lanzó a las urnas en los comicios autonómicos del 2015. Romeva era la liebre de una lista en la que iba agazapado el auténtico candidato soberanista, Artur Mas, que no pudo repetir como presidente de la Generalitat. La CUP exigió su cabeza y el proyecto conjunto de los exconvergentes y ERC se la sirvió a los antisistema en bandeja de plata para colocar en el palau a Carles Puigdemont.

Pero el papel de Romeva no fue ni mucho menos secundario en el plan diseñado por el ahora prófugo de la Justicia para declarar la independencia de Cataluña. El antiguo eurodiputado y experto en relaciones internacionales utilizó su puesto como consejero de Exteriores para difundir la propaganda secesionista en medio planeta (ante la indolencia y pasividad de un Gobierno central que tardó mucho tiempo en reaccionar ante el desafío del relato).

Campaña internacional

La sentencia del Supremo es muy reveladora sobre la labor desarrollada por Romeva. Para el tribunal, la Consejería de Exteriores fue usada para legitimar ante la opinión pública internacional la organización de la consulta ilegal y, al mismo tiempo, para presionar a las instituciones europeas para que aceptasen la nueva «legalidad» surgida de ese referendo.

Romeva pertenecía al núcleo duro de decisión del Gobierno de la Generalitat en todo lo relativo al proceso soberanista, como los también condenados Junqueras, Forn y Turull.

Ante los magistrados del Supremo, Raül Romeva insistió en que se considera un preso político y reclamó la legalidad del derecho de autodeterminación dentro de Europa. La sentencia, por el contrario, lo condena a 12 años de prisión e inhabilitación.