Sánchez vuelve al Parlamento a rendir cuentas seis meses después

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Eduardo Parra | Europa Press

En el 2016 se quejaba de que Rajoy eludía el control parlamentario

11 sep 2019 . Actualizado a las 08:21 h.

 Desde su ascenso al poder, no han sido pocos los aspectos que Sánchez imita de su antecesor. Más allá de la broma que hacía recientemente Rajoy, en la que recordaba que todavía gobierna con sus Presupuestos, el secretario general del PSOE ha seguido el manual de estilo del gallego, hace poco tan denostado.

Se pudo apreciar durante la campaña, jugada a la contra; en sus cada vez más contadas ruedas de prensa, o durante las negociaciones para la investidura, en las que ha dominado el reloj a la perfección estirando los tiempos para que la más que probable repetición electoral parezca un accidente. Pero todavía hay otro que llama más la atención, como su alergia por someterse al control parlamentario.

En el año 2016, Sánchez elevó al Constitucional una queja denunciando que Rajoy alegaba que su Gobierno se encontraba en funciones para no tener que someterse al control de las Cámaras. El alto tribunal resolvió a su favor, aunque para entonces Sánchez ya había sido relevado -su famoso «no es no»- y el gallego mandaba con plenitud de poderes. Sin embargo, una vez en la Moncloa, por haches o por bes ha seguido sus pasos. Tras 196 días de ausencia, este miércoles regresará a la Carrera de San Jerónimo para dar explicaciones a los grupos parlamentarios sobre su actuación al frente del Gobierno.

Técnicamente lo hace a petición propia, pero en realidad es una obligación del jefe del Ejecutivo dar cuenta de las cumbres de la UE a las que asiste, y todavía tiene pendientes sus dos últimos viajes a Bruselas, en los que pactó junto al resto de mandatarios el reparto de cargos y funciones mediante el que Borrell fue nombrado Alto Representante de Exteriores. A ello le dedicará la primera parte de la intervención, aunque coleará con fuerza el bloqueo político.

Al ser una comparecencia a petición propia, Sánchez dispondrá de tiempo ilimitado. A continuación podrán intervenir los representantes de cada grupo parlamentario por un tiempo máximo de diez minutos, con las réplicas correspondientes. Justo después se llevará a cabo la sesión de control al Gobierno, la primera desde el 27 de febrero. Entre el fin del período ordinario de sesiones y la tardanza para constituir la Diputación Permanente, Sánchez consiguió librarse de dar explicaciones ante el Pleno, y solo pisó la tribuna durante la fracasada sesión de investidura, aunque en un debate centrado exclusivamente en buscar apoyos para recabar la confianza de la Cámara Baja, algo que le resultó imposible. 

Iglesias lo salvó del Open Arms

Podemos tuvo la oportunidad de forzarlo hace dos semanas a raíz de la crisis del Open Arms, pero finalmente decidieron que fuera la vicepresidenta Carmen Calvo la que diese la cara.

Hoy se encontrará con preguntas de Casado, Rivera e Iglesias. Los tres han registrado cuestiones muy poco concretas, por lo que, con toda seguridad, el debate se centrará en su incapacidad para lograr una mayoría y la consecuente repetición electoral.