Contratiempos en el regreso de sus señorías al Congreso

F. b. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

28 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni rastro de Sánchez, ni de Casado, ni del desaparecido Rivera, ni de Iglesias, ni tampoco de Abascal. Pero cerca de una cuarta parte de los diputados de esta legislatura regresaron este martes al Congreso para participar en la Diputación Permanente, el órgano encargado de velar por el funcionamiento de la Cámara Baja en período no ordinario de sesiones. Tocaba resolver casi una decena de peticiones en cola, por lo que la jornada fue tediosa.

La mayor parte de los diputados llegaron a Madrid a primera hora de la mañana en vuelo directo, con la antelación justa para subirse a un taxi en Barajas que les dejase a las puertas de la Carrera de San Jerónimo unos minutos antes de las 10.00, hora a la que dio comienzo la sesión.

Se prolongó hasta las 17 horas. Del tirón. Ni un pequeño receso para comer. No es que la presidencia considere que sus señorías tengan que ponerse a régimen tras un verano de excesos. Se trata de algo habitual cuando los grupos parlamentarios quieren apurar al máximo para que a sus diputados puedan volver a subirse ese mismo día en un avión de vuelta a casa. 

La cafetería, en obras

Normalmente, esa situación se salva por el sistema de turnos. Y mientras unos acuden a la tercera planta del Congreso para hacerse con un hueco en la barra de la cafetería que les permita picar algo rápido para salir del paso, sus compañeros permanecen atornillados en su escaño esperando ansiosos el relevo. Pero este martes se encontraron con un contratiempo, y es que la siempre bulliciosa cafetería del Congreso estaba cerrada por reformas. No se quedaron sin café, siempre templado y perfectamente dispuesto sobre las tradicionales bandejas con ruedas que recuerdan a la etapa preescolar, cuando desde la enseñanza se incentivaba el consumo de leche para fortalecer los huesos. El problema es que a los integrantes de los grupos parlamentarios menos numerosos les tocó alimentarse con infames sándwiches prefabricados que dispensan las máquinas refrigeradoras que hay en la Cámara Baja. De postre, una chocolatina.

Pero la peor noticia llegó cuando conocieron la fecha del pleno extraordinario. Este jueves a las 16.00. Cayó como un jarro de agua fría. Tocaba o encontrar un nuevo vuelo para regresar el jueves o, los menos, buscar un hotel y pasarse el miércoles de tiendas para comprar una muda.