Muchas de las víctimas de la delincuencia son turistas y, por tanto, esos delitos dañan la imagen de la Ciudad Condal. Hace unas semanas moría una destacada funcionaria coreana tras ser agredida por unos ladrones, y el embajador de Afganistán fue asimismo víctima de un robo con fuerza en la calle.
El problema de la delincuencia en Barcelona ha atravesado fronteras. Tanto la cadena británica BBC como el diario Frankfurter Allgemeine se han hecho eco de la ola de crímenes. Destacan el «blando» sistema legal español y que los delincuentes menores rara vez van a prisión y los reincidentes se libran de ella pagando una multa. La BBC detalló también las disputas políticas por la gestión de la seguridad y las acusaciones de la oposición a la alcaldesa Colau de «ser suave con el crimen». El citado periódico alemán, por su parte, publicó que Barcelona «se hunde por la delincuencia» en un artículo bajo un agrio titular: «Ciudad de Ladrones»
Consulados como el japonés o el coreano y embajadas como la de EE.UU. avisan en sus páginas a sus nacionales de que extremen las precauciones si van a Barcelona, pues los carteristas se han reconvertido en ladrones agresores.