Los Mossos niegan la crisis. Los Mossos admiten que les preocupa el aumento de la violencia, aunque creen que la situación no es alarmante. El director, Andreu Martínez, niega que exista una crisis de seguridad. Solo reconoce «problemas de inseguridad» y alardea de que el año pasado la inquietud eran los narcopisos y los robos en domicilios y que este último tipo ha bajado un 17 % y el anterior casi desaparecido. Los agentes, en cambio, atribuyen la delicada situación a la mala distribución y a la falta de patrullas.
Ayuntamiento
División entre los comunes y el PSC. La inseguridad en Barcelona ha provocado fricciones en el gobierno de coalición de Ada Colau y el PSC. La primera, conocedora del problema, dejó a los socialistas la cartera para que lidiasen con esa preocupación. Y mientras la alcaldesa niega la existencia de una «crisis de seguridad» porque «son hechos puntuales» (nueve homicidios en menos de dos meses), su socio no opina lo mismo. El teniente de alcalde de Prevención y Seguridad, Albert Batlle, considera que la ciudad sí sufre una «crisis de seguridad».