Torra discrepa de Junqueras y apuesta por retomar la confrontación con el Estado

La Voz REDACCIÓN

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Reclama al independentismo que asuma riesgos y alienta a la desobediencia civil

20 ago 2019 . Actualizado a las 20:51 h.

Quim Torra hizo este martes suyos los postulados de Carles Puigdemont y abogó por que el independentismo retome el desafío y ponga rumbo hacia una «confrontación democrática y pacífica» con el Estado tras constatar que el Gobierno no pactará un referendo de autodeterminación. Es la única vía con recorrido que contempla el presidente de la Generalitat, pese a que Oriol Junqueras reivindicaba este mismo lunes en Catalunya Ràdio el diálogo y la negociación. «No nos mintamos ?instó el jefe del Ejecutivo catalán? ni nos engañemos más a nosotros mismos», aseguró como una muestra más de la falta de unidad del independentismo.

Restan poco más de 20 de días para la manifestación del 11 de septiembre con motivo de la Diada y el movimiento secesionista llega dividido y pendiente de la sentencia del Tribunal Supremo por el 1-O.

Torra quiere convertir la marcha en el inicio de una nueva etapa en la que las fuerzas políticas que abogan por la ruptura recuperen la «iniciativa». Para ello, pidió a los partidos independentistas superar las tensiones en aumento, frenar la pugna interna y trabajar por la unidad estratégica, pero la situación en el secesionismo es cada vez más caótica.

«Tenedlo claro, a mí no me encontraréis en luchas partidistas ni en batallas estériles por hegemonías políticas», se despachó en una conferencia en la Universitat Catalana d’Estiu, en Prada de Conflent, Francia.

En el mismo marco insistió en que «hará falta arriesgar» para llevar a cabo el pretendido proyecto independentista, aseguró, «asumiendo todas las consecuencias».

No habló, en todo caso, del escenario que el líder de ERC aceptó como posible en la entrevista del lunes una vez se conozca la sentencia del Supremo. «Convocar elecciones es una opción que no hay que descartar nunca», dijo Junqueras desde la prisión de Lledoners. Fue en esa intervención en la que marcó distancias con la estrategia de confrontación. Torra, en cambio, llamó a considerar «la desobediencia civil dentro del marco democrático» y defendió como un «deber» el no acatar «las leyes injustas». Es decir, las normas legislativas que le desagradan, que no coinciden con su ideología, y lo aseguró sin plantearse qué sucedería si los ciudadanos lo que hacen es incumplir las reglas de la democracia. Como cuando el año pasado alentó a los Comités de Defensa de la República (CDR) ?«hacéis bien de apretar», dijo? en la conmemoración del referendo ilegal.

La melancolía

El pasado lunes, Torra visitó en la cárcel a los independentistas presos. Y dos días después, reclamó concretar «un proyecto y una estrategia» para poder hacer efectiva la «república». A su juicio, los puntales del independentismo quedaron desdibujados tras la aplicación del 155. De ahí que ahora llame a retomar el objetivo: «Tenemos un deber entre nosotros, la responsabilidad cívica y democrática de volver a hacerlo».