Sánchez desquicia a Podemos al frenar la negociación hasta el último minuto

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Pedro Sánchez, el pasado día 7, en los jardines del palacio de Marivent
Pedro Sánchez, el pasado día 7, en los jardines del palacio de Marivent BALLESTEROS | Efe

PSOE y PP suben en las encuestas, que auguran otro escenario ingobernable

13 ago 2019 . Actualizado a las 10:31 h.

Espera lo mejor, prepárate para lo peor y acepta lo que venga. El proverbio se puede aplicar a la ciudadanía española que, pese a no querer unas nuevas elecciones en otoño -algo en lo que, al menos en público, coinciden las formaciones políticas-, con el paso de los días ve cómo esa posibilidad cobra fuerza. Y la situación se complicaría más, porque, según los últimos sondeos publicados este lunes y realizados tras el fiasco de la investidura de julio, una repetición electoral no resolvería el bloqueo, sino que perpetuaría la actual correlación de fuerzas, pese al repunte de socialistas y populares.

Aunque el PSOE ganaría de nuevo mejorando sus resultados de abril, seguiría necesitando el apoyo de un mermado Unidas Podemos. Por su parte, el bloque conservador, pese a que el PP recuperaría parte del voto (a costa de Ciudadanos y de Vox), tampoco tendría mayoría suficiente para ser alternativa de gobierno. 

Crecen los nervios en Podemos

Pese a lo complejo del escenario, los primeros espadas de los partidos han colgado esta semana el cartel de vacaciones, lo que a Pedro Sánchez le ha valido duras críticas del resto de formaciones. Hay nervios. Unidas Podemos está impaciente por sentarse a negociar -eso sí, sin moverse, a priori, de su exigencia de Gobierno de coalición-, frente a la estrategia socialista, que pasa por tensar la cuerda y agotar los tiempos para amarrar a los de Pablo Iglesias a un acuerdo programático. Esta opción, defendida por la corriente anticapitalista e Izquierda Unida, evitaría a los morados la debacle pronosticada si vuelven a las urnas, aún más dura si finalmente Íñigo Errejón decidiera competir en el tablero nacional.

A esa baza juega el PSOE, mientras que Pablo Echenique se quejaba este lunes de que «el tacticismo» no es la manera de desbloquear la gobernabilidad del país. Reclamó retomar los contactos «cuanto antes», en lugar de dejarlos para «el último minuto» y no convertir la política «en una telenovela para adolescentes». La respuesta socialista fue inmediata. La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, le devolvió la pelota, asegurando que el «tacticismo» fue lo que llevó a Podemos a rechazar la propuesta del PSOE, mientras que su homólogo de Fomento, José Luis Ábalos, aseguró que Podemos «no supo aprovechar» la oferta de julio y que ahora «no está en condiciones» de negociar qué requisitos tendrá la próxima.

El caso es que, en ausencia de todos los jefes de filas, los mensajes de los portavoces de guardia suenan más a precampaña electoral (el cántabro Revilla aseguraba este lunes que hay un 80 % de posibilidades de que haya nuevos comicios generales) que a intento real de allanar el camino a los acuerdos.

La maquinaria electoral, en marcha

Sánchez retomará los contactos con formaciones políticas -hasta ahora solo se ha visto con Compromís- el próximo lunes en Bilbao, reuniéndose con el líder del PNV. Pero, paralelamente, el INE ya ha puesto en marcha la maquinaria para tener listos censo, mesas y locales electorales de cara a unos hipotéticos comicios el 10 de noviembre.

Casado se aferra a la investidura de Ayuso
para salvar su débil poder territorial 

Nuria Vega

Es la última plaza por amarrar. Con el Gobierno de la Comunidad de Madrid, el PP culmina mañana la operación por retener el grueso de su poder territorial y poner a resguardo el liderazgo de Pablo Casado. Si se cumplen las previsiones, y lo contrario sería una sorpresa, Isabel Díaz Ayuso, que hoy expone su proyecto político en la Asamblea autonómica, será investida mañana presidenta de la comunidad, y el líder de los conservadores se habrá asegurado, aunque gracias a sus socios de Ciudadanos y Vox, el éxito de su apuesta personal.

En realidad, la oferta electoral del PP en este territorio no terminó de imponerse en las urnas. El 26 de mayo, los populares obtuvieron el peor de sus resultados desde 1991. Con 18 representantes menos que en el 2015, el partido se quedó en los 30 escaños, a siete del PSOE. Los acuerdos con los partidos de la derecha, sin embargo, tan complicados de cerrar a tres bandas, han permitido finalmente al equipo de Casado conservar la «joya de la corona». El Ejecutivo autonómico más codiciado de cuantos estaban en juego. 

Alianzas con Cs y Vox

Dos meses después de los comicios, el PP ha compensado con sus alianzas con Ciudadanos y Vox la pérdida de confianza y, aunque La Rioja se ha quedado por el camino, los populares encabezan los gobiernos de Madrid, Castilla y León y Murcia. Los tres territorios que, junto a Galicia y Andalucía, constituyen su poder autonómico después de despedirse en el 2015 de algunos feudos tradicionales como la Comunidad Valenciana.

En la batalla por «salvar los muebles» en uno de los peores momentos del partido en términos electorales, Madrid -Comunidad y Ayuntamiento- ha supuesto, sin duda, el principal balón de oxígeno para el nuevo PP. 

Apuesta personal

La elección de Díaz Ayuso fue una decisión de Pablo Casado. La dirigente madrileña pertenecía al grupo de afines que respaldaron al actual líder como sucesor de Mariano Rajoy. Una decisión que algunos líderes conservadores consideraron «arriesgada» y sobre la que el tiempo dictará sentencia.