Esquerra se distancia más de Puigdemont y abre la puerta a un «escenario de diálogo»

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés
El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés Andreu Dalmau

La guerra con JxCat se recrudece tras romperse la unidad secesionista en el Congreso

30 jul 2019 . Actualizado a las 12:13 h.

A Esquerra le están cayendo fuertes críticas desde el mundo independentista por abstenerse en la votación de investidura de Pedro Sánchez. Gabriel Rufián, portavoz republicano en el Congreso, es quien está saliendo peor parado y el pasado fin de semana sufrió sendos escraches por parte de secesionistas que le acusaban de haberse arrodillado «ante los del 155» y de haber traicionado el 1-O.

El jefe de filas de ERC, Pere Aragonès -vicepresidente de la Generalitat- salió ayer a defender a los suyos y de paso a presionar a JxCat, que trata de capitalizar la abstención de los republicanos. La guerra no cesa. Las hostilidades empezaron a raíz del pacto suscrito entre el PSC y los posconvergentes en la Diputación de Barcelona y se desencadenaron con toda su crudeza tras la abstención republicana y el no de JxCat en la investidura de Sánchez, que escenificó la ruptura entre las dos formaciones secesionistas.

El motivo de la abstención

El vicepresidente de la Generalitat aseguró que la abstención republicana lo que busca es «provocar un escenario de diálogo» con el Gobierno central. El independentismo debe intentar «ser determinante con toda su fuerza» y conseguir que «Sánchez no se salga con la suya», es decir, no gobierne con la abstención de Cs o PP, dijo en Catalunya Ràdio.

Aragonès presionó además a los posconvergentes, insistiendo en que la convocatoria de elecciones es una de las opciones a tener en cuenta como posible respuesta a la sentencia del Supremo contra los líderes del 1-O. ERC lleva semanas apretando a Quim Torra para que convoque elecciones, pero el presidente de la Generalitat se resiste. También la ANC habla ya de comicios y hasta presiona para que sean convocados bajo el formato plebiscitario, de tal manera que si el secesionismo supera el 50 % de los votos (extremo que no ha ocurrido nunca), el Parlamento catalán, según la Asamblea, debería volver a declarar la independencia de forma unilateral.

El malestar entre la ANC y el soberanismo institucional cada vez es mayor. La ANC critica la falta de una estrategia unitaria y ya ha advertido a los políticos de que no podrán acceder a la zona de invitados en la manifestación de la Diada del próximo 11 de septiembre.