Negociación contra reloj para salvar el pacto

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez Juan Carlos Hidalgo

El PSOE se reserva todos los ministerios de Estado, pero Podemos pretende controlar Hacienda

22 jul 2019 . Actualizado a las 08:26 h.

El Congreso de los Diputados afronta este lunes el decimocuarto debate de investidura de la democracia con la perspectiva de que el socialista Pedro Sánchez logre convertirse en presidente del Gobierno el próximo jueves gracias al apoyo de Unidas Podemos, Compromís y el PRC y el apoyo o la abstención del PNV. Una combinación que le permitiría ser elegido en segunda votación, en la que bastan más votos a favor que en contra, siempre que ERC se abstuviera. Si lo consigue, eso significa que el PSOE y Unidas Podemos llegaron a un acuerdo para formar el primer Gobierno de coalición de la democracia. La composición de ese Ejecutivo y el número de carteras que ocuparía Unidas Podemos es el principal escollo en la negociación, por encima del programa político de gobierno, en el que ambas partes reconocían este domingo que el entendimiento era sencillo por los precedentes de colaboración durante la etapa de Gobierno de Pedro Sánchez tras la moción de censura contra Mariano Rajoy.

Negociación exprés

Tres meses desperdiciados. Tres meses después de las elecciones generales del 26 de abril, y sin que en todo este tiempo se produjera un solo avance en las conversaciones, el PSOE y Unidas Podemos abordan una negociación exprés en la que en apenas unas horas tendrán que acordar no solo el programa de gobierno, sino también la composición del Gabinete y el reparto de carteras. Solo cuando el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, dio el paso de renunciar definitivamente a su entrada en el Ejecutivo fue posible desatascar una negociación que parecía conducida la fracaso. Los equipos negociadores trabajaban este domingo a un ritmo frenético pero con la máxima discreción para tratar de llegar con un pacto cerrado al pleno de investidura que comienza a las doce de la mañana.

Reparto de carteras

Ministrables. El PSOE ha dejado claro que se reserva todos los llamados «ministerios de Estado». Es decir, Asuntos Exteriores, Justicia, Defensa e Interior. Unidas Podemos no pone reparos, porque se centra en hacerse con los ministerios sociales como Trabajo y Seguridad Social, y Transición Ecológica. El mayor escollo es la aspiración de contar con una vicepresidencia social y, sobre todo, la de controlar la cartera de Hacienda. Algo a lo que el PSOE no está dispuesto, entre otras cosas porque la titular en funciones, María Jesús Montero, es una de las personas de la máxima confianza de Sánchez. El origen de los ministros no parece ser tampoco obstáculo en la negociación. Aunque uno de los nombres que suenan como ministrables es el de la gallega Yolanda Díaz, el secretario general de Podemos Galicia, Antón Gómez-Reino, aseguró ayer que la presencia de gallegos en el Conejo de Ministros no supondrá una «línea roja» para formar Gobierno y que lo fundamental es que Galicia esté en la agenda política.

Los negociadores 

Calvo Lastra, Montero y Echenique. El equipo negociador por parte del PSOE está encabezado por la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, y la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero. Por parte de Podemos, los principales negociadores son el secretario de Acción de Gobierno y Acción Institucional, Pablo Echenique, la portavoz en el Congreso, Irene Montero y el jefe de gabinete de Iglesias, Pablo Gentili. Aunque el acuerdo no se alcance el martes, cuando tiene lugar la primera votación de investidura en la que es necesaria una improbable mayoría absoluta de 176 escaños, aún habría oportunidad hasta antes del jueves, cuando se celebrará la segunda, en la que bastan más votos a favor que en contra. 

Discurso de izquierdas

Guiños al PNV y ERC. Con independencia de que se llegue o no a un acuerdo final, el discurso de investidura de Pedro Sánchez se centrará en los retos a los que se enfrenta España en materia de Economía y de cuestiones sociales como las pensiones, el feminismo o el cambio climático. A pesar de su anunciada vocación de moderación, el suyo será un discurso claramente «de izquierdas», según fuentes socialistas, y basado en la justicia social. Se esperan también guiños en cuestiones territoriales para tratar de atraerse el voto a favor del PNV y la necesaria abstención de ERC, aunque en ningún caso se plantearán cesiones en torno al derecho de autodeterminación o al marco constitucional.

Trece investiduras en toda la democracia y un único fracaso

Si Pedro Sánchez consigue ser investido el martes, o como parece más probable el jueves, se convertirá en el presidente del Gobierno con menos escaños en su grupo parlamentario de la democracia. Gobernar habiendo obtenido solo 123 diputados, prácticamente un tercio de Congreso, constituye un desafío sin precedentes. Pero no sería esa la única novedad. El Gobierno de coalición que pudieran formar PSOE y Podemos sería el primero en 40 años de democracia en el que un partido a la izquierda del PSOE y con comunistas en su seno entra en el Ejecutivo.

Hasta ahora, en las trece investiduras que ha habido en democracia, la marca del presidente con menos escaños de su propio partido la ostentaba José María Aznar, que en 1996 logró gobernar con 156 diputados. Con el apoyo de CiU, PNV y Coalición Canaria, superó la investidura con 181 votos a favor. Tres años antes, en 1993, Felipe González logró gobernar con solo 159 escaños. Y con el apoyo de CiU y PNV fue investido también con 181 votos. La otra marca, la del presidente con menos votos a favor en su investidura, la ostenta José Luis Rodríguez Zapatero. En el 2008 fue investido con los únicos 169 votos del PSOE y la abstención de PNV, CiU, IU, ICV, BNG, Coalición Canaria y Nafarroa Bai. Zapatero podría conservar ese récord si Sánchez logra el apoyo de Unidas Podemos, PNV, PRC y Compromís, con lo que sumaria 173 votos. En 1993 se dio el extraño caso de que González fue investido con solo 165 votos favor, a pasar de que el PSOE obtuvo 175 escaños, pero ello se debió a que faltaban los 18 diputados de circunscripciones en las que se habían impugnado los resultados electorales. Meses después, resueltas las impugnaciones, se sometió a una cuestión de confianza que superó con 176 votos a favor gracias al apoyo del único diputado de la Agrupación Independiente de Canarias.

González es el presidente investido con el mayor número de votos. En 1982 lo hizo con el apoyo de 207 diputados. Los 202 del PSOE más los del PCE, CDS y Euskadiko Ezkerra. Le sigue José María Aznar, que en el año 2000 obtuvo 202, gracias a los 183 del PP y el apoyo de CiU y Coalición Canaria. Y el tercero es Mariano Rajoy, que en el 2011 fue investido con 187 votos gracias al respaldo de los 186 del PP y el único diputado de Foro Asturias.

En toda la historia de la democracia, solo un candidato a la presidencia del Gobierno no superó la investidura. Fue el socialista Pedro Sánchez, que fracasó en el 2016, quedándose con 131 votos. Los 90 que tenía el PSOE, más los 40 de Cs y el del único diputado de Coalición Canaria. Ese mismo año, Rajoy se convirtió en el primer y único político que ha rechazado el encargo del rey de someterse a la investidura.