Sánchez no descarta ser investido con el voto de los independentistas y Bildu

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Joan Baldoví (Compromís), en la imagen con el secretario de organizacion del PSOE, José Luis Ábalos, exige a los socialistas un nuevo modelo de financiación autonómica a cambio de dar su apoyo a Pedro Sánchez
Joan Baldoví (Compromís), en la imagen con el secretario de organizacion del PSOE, José Luis Ábalos, exige a los socialistas un nuevo modelo de financiación autonómica a cambio de dar su apoyo a Pedro Sánchez Paco Campos | EFE

La abstención de Podemos le bastaría si suma también al PNV, Compromís y el PRC

18 jul 2019 . Actualizado a las 08:36 h.

La cuenta atrás de la investidura sigue avanzando sin que se intuya por ahora una solución que desbloquee el desencuentro entre el PSOE y Unidas Podemos. La sesión comienza dentro de cuatro días y tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias mantienen sus posiciones sin dar señales de cesión alguna que pueda hacer que se retome el diálogo. Los socialistas parecen haber abandonado, al menos formalmente, cualquier intento de reconducir las negociaciones con la formación morada. Y, aunque siguen presionando para que PP y Ciudadanos eviten unas nuevas elecciones, centran ahora sus esfuerzos en cerrar acuerdos con aliados minoritarios que permitan la investidura con la abstención de Unidas Podemos, ya que están convencidos de que los de Iglesias nunca votarán en contra junto al PP, Ciudadanos y Vox.

Los mensajes públicos de los socialistas no se dirigen ya a Unidas Podemos, sino a todos los partidos de la Cámara, a los que reclaman que permitan la investidura. La portavoz del Ejecutivo en funciones, Isabel Celaá, hizo un llamamiento a todas las fuerzas políticas para que apoyen la investidura con su voto a favor por «interés general». Esa petición no excluye a ninguna fuerza. Ni al PP ni a Ciudadanos, pero tampoco a los independentistas. Preguntada por si esa apelación a facilitar la investidura de Sánchez incluye a ERC y a EH Bildu, Celaá precisó que se dirige «a todas las fuerzas del hemiciclo». Adelantó que Sánchez está trabajando ya en un discurso «abierto, progresista, de futuro y europeísta». «Todas las fuerzas del Congreso han de ser sensibles a ese proyecto y respaldarlo», insistió la ministra de Educación, convencida de que «el proyecto del candidato será de suficiente fuerza para recibir el respaldo». 

Calvo lo considera posible

Lo que parece darse por descartado en Moncloa es el voto a favor de Unidas Podemos a la investidura. Y el planteamiento es ya el de sumar el mayor número de apoyos para que la abstención de los de Pablo Iglesias fuera suficiente para sacar adelante la investidura. Un plan sumamente arriesgado, pero para el que, en teoría, podrían salir los números. La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, no descartó ni siquiera que Sánchez sea investido con el voto a favor de los partidos independentistas catalanes, PNV, EH Bildu, Compromís y el Partido Regionalista de Cantabria (PRC) junto a la abstención de Unidas Podemos. En ese caso, los votos a favor sumarían 153, dado que ERC tiene a un diputado suspendido y Junts per Catalunya a tres de sus siete parlamentarios, mientras que los votos en contra serían 151 (PP, Ciudadanos, Vox, Coalición Canaria y UPN), además de las 42 abstenciones de Unidas Podemos. Calvo precisó que plantea esa hipótesis «completamente en serio» desde «el respeto a todos los grupos de la Cámara que representan la diversidad ideológica de todos los españoles» y añadió que una cosa es la investidura y otra la posterior formación de Gobierno.

Además de el del PRC, el Gobierno ató este miércoles prácticamente el apoyo de Compromís. ERC, después de los últimos contactos, no descarta el voto a favor. Y hasta Bildu afirmó que unas nuevas elecciones supondrían «abrir la puerta a la derecha», lo que sería una «irresponsabilidad histórica». El voto a favor más complicado para Sánchez sería el de Junts per Catalunya.

Unidas Podemos pide que cesen los ataques del PSOE para volver a la negociación 

La firmeza con la que Unidas Podemos contestó al anuncio de la ruptura del diálogo por parte del socialista Pedro Sánchez empieza a flaquear. Los dirigentes del partido morado dan señales evidentes de querer retornar a la mesa de negociación, por más que, de momento, no se muevan de su exigencia de que se forme un Gobierno de coalición con presencia de ministras de Unidas Podemos y sin vetos a ningún nombre, incluido el de Pablo Iglesias. El diputado de Podemos Rafael Mayoral, una de las figuras más cercanas al secretario general, pidió este miércoles a Sánchez que cambie «el tono, las formas y el fondo» en las declaraciones públicas de sus dirigentes si quiere sumar los votos necesarios en la investidura. Mayoral recordó a los socialistas que «descalificar» a aquellos con los que aspira a acordar algo «suele ser una mala política».

El también secretario de sociedad civil y movimiento popular de Podemos reprochó al líder del PSOE que busque un acercamiento con los partidos de la derecha, en referencia al PP y Ciudadanos, al pedirles su abstención, y exigió que los socialistas expliquen si han conseguido algún apoyo en ese sentido tras remitir una carta al PP. «Si hubiera voluntad de negociar sería bastante sencillo, pero hay que querer hacerlo», señaló Mayoral, quien recordó al líder del PSOE que si es presidente del Gobierno es gracias a los votos que le ofreció Podemos en la moción de censura y al trabajo para obtener una mayoría parlamentaria. 

Yolanda Díaz pide diálogo

Insistió en que no hay motivos para vetar la presencia de Iglesias en el Gobierno porque «los dirigentes de Podemos tienen el respaldo de casi cuatro millones de personas que merecen un respeto» y se preguntó si lo que quieren en el PSOE es que haya ministros a los que no conozca nadie. La también diputada de Unidas Podemos, la gallega Yolanda Díaz, uno de los nombres que maneja Iglesias como posible ministra en un hipotético Gobierno de coalición, acusó al PSOE de frustrar la posibilidad de concitar un Gobierno de mayoría plural y pidió hablar primero de las políticas y después elegir a las personas que pueden llevar a cabo esa tarea, sin «mancillar y ofender» a los votantes.