Cerca de 80 personas fallecieron en el incendio ocasionado el 12 de julio de 1979 en Zaragoza
12 jul 2019 . Actualizado a las 17:21 h.Hace 40 años se produce en Zaragoza una de las mayores catástrofes que recuerda la Transición española. A las ocho de la mañana de un jueves se origina un incendio que deja heridos a 113 clientes del hotel y termina con la vida de 78 víctimas; unos mueren asfixiados bajo las camas o en las duchas de sus habitaciones, otros se tiran del edificio en llamas en un intento desesperado por huir del fuego.
La gran mayoría de afectados son militares hospedados en el establecimiento de lujo para asistir a la entrega de despachos de la Academia General Militar. Allí se alojan también Carmen Polo - viuda de Franco -, los marqueses de Villaverde (que hubiesen presenciado la jura de bandera de su hijo Cristóbal Martínez-Bordiú Franco), Queipo de Llano, el coronel Rodrigo Peñalosa Esteban-Infantes y un largo etcétera de españoles alistados. Es por esta presencia de distinguidos clientes que la inicial teoría de un fortuito accidente iniciado por una sartén de freír churros deriva en la sospecha de atentado terrorista firmado por ETA. Ambas versiones irán rotando hasta que el paso del tiempo descarte la autoría del crimen por el grupo terrorista, de acuerdo a su último boletín interno «Zutabe» de abril de 2018, informó Efe.
A pesar de la declaración etarra, todavía no ha sido esclarecida la incógnita de si se trató de un accidente o fue un atentado. El gobierno del momento, presidido por Adolfo Suárez, manifestó públicamente dos días después de lo sucedido que el incidente fue casual e involuntario, y se mantuvo esa versión como la oficial. Sin embargo, solo la utilización de un acelerante como el napalm pudo propagar el fuego con esa fuerza y rapidez a lo largo de las nueve plantas del complejo, que además contaba con varias fuentes de ignición. El documental Los años de humo, de Germán Roda, indica la posibilidad de que pudiera tratarse de un ataque ideado por simpatizantes de ultraderecha para frenar la transición democrática.
En definitiva, pese a las teorías e investigaciones, lo único en claro cuarenta años después de lo sucedido es que la causa de la catástrofe continúa entre interrogantes.