Villegas equipara investir a Sánchez con la «inmolación» de Ciudadanos

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

ESPAÑA

Marta Fernández Jara | Europa Press

Rivera se atrinchera y mantendrá su cordón sanitario sobre el candidato socialista. El candidato naranja en Castilla y León pide a su líder

25 jun 2019 . Actualizado a las 12:06 h.

El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, salió este miércoles con la manguera para tratar de sofocar la crisis que asola a Ciudadanos en las últimas semanas. El número dos de la formación naranja reiteró que no allanarán la investidura de Pedro Sánchez, porque de hacerlo, supondría la «inmolación» del partido.

Villegas reconoció la existencia de voces discrepantes dentro de la dirección del partido por la postura de Rivera de mantener firme su cordón sanitario sobre el candidato socialista, pero que los disconformes tienen dos caminos, o «asumir» la votación de ayer, en la que una amplia mayoría refrendó la estrategia del líder, «o dar un paso al lado» y abandonar la nave, como hicieron ayer el diputado Toni Roldán y el eurodiputado Javier Nart; «cualquiera de las dos son respetables», dijo a lo largo de varias entrevistas en televisiones y radios a lo largo de esta mañana.

El secretario general de Cs denunció la existencia de presiones externas de cara facilitar la investidura de Sánchez con el fin de evitar la entrada de Podemos en el Gobierno o una nueva repetición electoral. «A algunos les gustaría que esa oposición se inmolara dando un cheque en blanco a Sánchez», dijo, pero que un cambio de postura equivaldría a traicionar a sus más de cuatro millones de votantes, ya que durante la campaña garantizaron que no pactarían con el socialista.

Mientras tanto, Rivera guarda silencio.

La crisis en Ciudadanos estalló con la decisión de Manuel Valls, independiente, pero apoyado por Cs en su candidatura a la alcaldía de Barcelona, de votar junto a otros dos ediles para que Ada Colau lograse renovar su vara de mando y evitar así que los independentistas de ERC conquistasen la capital catalana. Esta postura que Valls justificó como abrazar «el mal menor» no fue entendida por la dirección del partido, que decidió romper relaciones.

Desde entonces la presión sobre Rivera se ha disparado y ha llegado desde sus aliados en otros partidos europeos, que no comprenden su política de pactos con Vox, del expresidente Rajoy, que reclamó una gran coalición como la mejor opción para gobernar España, e incluso desde dentro de las filas naranjas, con la dimisión de Roldán, Nart y el candidato al Principado de Asturias, Juan Vázquez.