Última hora:
La gallega Jéssica Bouzas gana a Paula Badosa y avanza en el Másters de Madrid

Otras manchas en un partido poco acostumbrado a líos

f. b. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Otros tiempos: Inés Arrimadas (centro) y el catedrático Francesc de Carreras (segundo por la derecha), en un mitin de Ciudadanos en L'Hospitalet en el 2016
Otros tiempos: Inés Arrimadas (centro) y el catedrático Francesc de Carreras (segundo por la derecha), en un mitin de Ciudadanos en L'Hospitalet en el 2016 Toni Albir| Efe

25 jun 2019 . Actualizado a las 07:54 h.

Se trata de una de las leyes de hierro a la que están sometidas todas las formaciones políticas: a medida que crecen en su tamaño, aumenta la división interna; en especial si está en una encrucijada, como le sucede a Ciudadanos en esta época. 

Hasta la fecha, el partido naranja siempre había destacado por generar muy poca ropa sucia, y conseguir blanquear estas prendas contadas siempre dentro de casa. Eso no significa que no hubiera renuncias, pero ninguna de ellas tan sonadas como las dos que golpearon este lunes a la dirección del partido con la salida del diputado Toni Roldán y del eurodiputado Javier Nart, que además de ex integrantes de la ejecutiva nacional son dos de las personas más afines a Luis Garicano, el máximo responsable de la formación en el apartado económico, por lo que no se descarta una tercera renuncia en caso de que Rivera no logre sofocar el incendio.

Uno de los fundadores del partido, el jurista Francesc de Carreras, también protagonizó una sonada renuncia cuando decidió romper su carné por discrepancias con Rivera, al que en los últimos meses se refirió en público como «un adolescente caprichoso que da un giro estratégico de 180 grados y antepone supuestos intereses de partido a los intereses generales de España». Otro de los fundadores de este proyecto hace menos de tres lustros fue el escritor y periodista Arcadi Espada, quien también acabó a tiros con el único presidente que ha tenido la formación hasta la fecha. En una de sus últimas columnas, Espada reclamó que Manuel Valls debería ser el encargado de tomar el testigo. En un escenario similar acabó el primer secretario general del partido, Antonio Robles, quien denunció un excesivo escoramiento de su presidente hacia la derecha.

Uno de los últimos escándalos dentro de la formación fue el protagonizado por la eurodiputada Carolina Punset, quien antes de que se disolviese la Eurocámara abandonó Ciudadanos publicando una carta en la que se mostró excesivamente dura contra la dirección, sugiriendo los incomprensibles y continuos bandazos ideológicos e incluso actitudes machistas en sus filas.