Puigdemont fracasa en su intento de burla a la Junta Electoral para ser eurodiputado

nuria vega MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, tuvo que presentar su documentación en el registro como le ordenó una funcionaria de la Junta Electoral
Juan Carlos Hidalgo | EFE

Su abogado entrega un acta notarial de que acata la Carta Magna, cuando el trámite debe hacerse en persona

18 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni Carles Puigdemont ni Antoni Comín, sobre quienes pesa una orden de detención, acudieron este lunes al Congreso para acatar la Constitución y conseguir su credencial de eurodiputados. Como el resto de cargos electos, estaban citados a mediodía, pero solo su abogado, Gonzalo Boye, se desplazó hasta la Cámara Baja. Llevaba consigo un documento en el que, según explicó, ambos prometen ante notario respetar la Carta Magna «por imperativo legal». Y aunque el gesto quedó públicamente registrado, no sirvió para cumplir los trámites exigidos por la Junta Electoral Central.

Poco antes de las doce, Boye accedió a la Sala Constitucional en la que 50 eurodiputados esperaban para el juramento. Su intención era presentar el acatamiento por escrito, sin necesidad de que Puigdemont y Comín se vieran expuestos a ser arrestados después de que el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, rechazara el sábado dejar sin efecto las órdenes nacionales de búsqueda, detención e ingreso en prisión. Pero la maniobra del abogado sirvió de poco.

Una funcionaria de la Junta Electoral Central lo invitó a abandonar la sala y a llevar los papeles al registro para que puedan ser analizados en los próximos días. Así lo hizo poco después, según fuentes cercanas al letrado. Pero, mientras tanto, Boye denunció que nadie había querido «mirar» su documentación y se reservó el derecho a acudir al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

El pasado día 13, la Junta ya le respondió que para poder expedir sus credenciales como eurodiputados Puigdemont y Comín debían «prestar juramento o promesa de acatamiento de la Constitución», tal y como establece el artículo 224.2 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General. En esa misma resolución, quedaba fijada, además, para este lunes la sesión en el Congreso. Y si en cinco días -un plazo que empezó a correr el viernes- no queda satisfecho, sus escaños quedarán vacantes.

Tampoco pudo obtener este lunes la credencial el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, a quien el Tribunal Supremo denegó el permiso para salir de prisión. De momento, por lo tanto, ninguno de los tres podrá estar en la constitución del Parlamento Europeo el 2 de julio en Bruselas.

El caso del titular de Exteriores, Josep Borrell, es distinto. Por razones de agenda -un encuentro de ministros europeos- se ausentó este lunes del Congreso. La Junta ya lo ha citado para el jueves para el acto de acatamiento. 

Todos los juramentos valen

Salvo estas cuatro excepciones, el resto de eurodiputados obtuvieron el visto bueno del órgano electoral, que avaló, tras un análisis pormenorizado a puerta cerrada, cada una de las fórmulas empleadas para garantizar el respeto a la Constitución. La mayoría de los cargos electos se ajustaron al protocolario «sí, juro» o «sí, prometo». Pero hubo quien añadió expresiones más heterodoxas. Una resolución de la Junta Electoral de hace una semana sobre las tomas de posesión ya dejaba claro que «solo pueden reputarse válidas aquellas fórmulas que expresamente manifiesten la voluntad incondicionada de acatar la Constitución». Y sobre este punto advirtió este lunes el vicepresidente del órgano, Eduardo Calvo. La parlamentaria de ERC Diana Riba pidió la «libertad de los presos políticos». El de Bildu, Pernando Barrena, prometió «por imperativo legal y hasta la constitución de la república vasca». Los de Vox juraron «por España». En el caso de Unidas Podemos se añadieron referencias a las «clases populares» y la «lucha feminista». Y Javier Nart, de Cs, apostilló: «Uno se aburre de tanta impostación». Todas válidas.