Ciudadanos rechaza sentarse con Vox, pero acepta al PP de mediador al estilo de Andalucía

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado LA VOZ

ESPAÑA

El secretario general de Cs, José Manuel Villegas, hoy en Madrid
El secretario general de Cs, José Manuel Villegas, hoy en Madrid J.J. Guillén | Efe

Descarta negociar con Podemos y lo haría con socialistas que se desmarquen de Ferraz

04 jun 2019 . Actualizado a las 10:21 h.

Ciudadanos confirmó hoy su negativa a sentarse en la misma mesa que Vox. Tan solo unos días después de que Santiago Abascal exigiera una mayor cuota de protagonismo de la que disfrutó en Andalucía, en donde se limitó a imponer al Gobierno bipartito el cumplimiento de unos puntos programáticos, la formación naranja ha asestado un portazo a las exigencias planteadas por los ultraderechistas al garantizar que no gobernarán «ni con Vox ni con Podemos», según anunció su secretario general, José Manuel Villegas, encargado de comunicar que la dirección había acordado por unanimidad estas dos premisas para encarar cualquier negociación en ayuntamientos y comunidades autónomas. Lejos de aclararse el panorama, la gobernabilidad de algunos territorios se complica todavía más.

El ejemplo más claro se da en Madrid. El PP necesita ponerse de acuerdo con Vox y Cs para confirmar sus conquistas de Cibeles y de Sol, y de momento lo único que se encuentra es una pinza por parte de ambas formaciones. Por la derecha, Abascal, exigiendo una foto a tres como requisito indispensable para apoyar; por la izquierda, Rivera, insistiendo en que no solo no habrá gobiernos tripartitos, sino que ni siquiera se sentarán en la mesa con los ultraderechistas, a los que se limitarán a informar de los acuerdos que hayan alcanzado con el PP para conseguir su voto a favor en las sesiones de investidura o en los plenos del 15 de junio en los que se decidirá en qué manos caen los bastones de mando de todos los ayuntamientos. Abascal reiteró ayer que no pasarán por aquí: «No vamos a admitir que nos enseñen un documento como si se tratara de un trágala».

Villegas, que se refirió al PP como su socio «preferente», admitió que «excepcionalmente» firmarán acuerdos con el PSOE, siempre y cuando sus líderes se desmarquen de la política territorial de Ferraz y se comprometan a acatar una batería de medidas impuestas por Ciudadanos.

Cs confirma el no a Colau

Otro de los puntos que dejó bien claro ayer el secretario general del partido naranja fue que no sostendrán a Ada Colau al frente del consistorio barcelonés, tal y como sugirieron algunas voces dentro del partido, como Luis Garicano, o incluso el candidato de la lista apoyada por Cs en Barcelona, Manuel Valls, defensores de la tesis de que cualquier cosa antes que permitir que la alcaldía caiga en manos independentistas. «La posición de la junta de Ciudadanos es clara en este asunto: evitar que nacionalistas y populistas lleguen al Gobierno de Barcelona, y hay que intentarlo por todos los medios», comentó Villegas, denunciando que la regidora en funciones cojea de ambas patas.

No obstante, se atrevió a pronosticar cómo acabará este enredo: «No es que se vaya a dividir el voto de Cs, va a haber un acuerdo entre separatistas y populistas, entre Maragall y Colau».

Los de Abascal amenazan con tumbar los Presupuestos andaluces si no forman parte de sus negociaciones

Vox sorprendió ayer al anunciar que planteará una enmienda a la totalidad al proyecto de Ley de Presupuestos andaluces presentado en la Cámara autonómica a finales de la pasada semana por el Ejecutivo bipartito conformado por PP y Ciudadanos. «Se alejan de todo lo que se decía que se iba a hacer por parte del nuevo Gobierno», denunció ayer su portavoz parlamentario, Alejandro Hernández.

La formación ultraderechista lamentó que los Presupuestos recuerden, a su parecer, a los de Susana Díaz y en los que el espíritu de renovación «brilla por su ausencia», por lo que no han descartado alinearse con las fuerzas de la oposición liderada por el PSOE y de la que también forma parte la marca de Podemos en la región, y tumbarlos durante la votación correspondiente, poniendo en peligro la continuidad del Ejecutivo liderado por el popular Juan Manuel Moreno Bonilla, quien alcanzó la presidencia de la Junta de Andalucía poniendo fin a cuarenta años de Gobiernos socialistas gracias al inestimable apoyo de Vox durante el pleno de investidura.

No obstante, los de Santiago Abascal lamentan que los puntos recogidos en el documento mediante el que se refrendó dicho apoyo no afloran en las cuentas que el Gobierno autonómico llevó a la Cámara. «Si no se aceptan y no se cumplen, utilizaremos todas las armas que nos permite el Reglamento del Parlamento andaluz para que nuestros acuerdos se cumplan», advirtió el diputado autonómico Manuel Gavira.

Para entender la maniobra de ayer de Vox conviene no perder de vista el contexto de negociaciones poselectorales a todos los niveles en el que están inmersas todas las formaciones políticas. Parece un aviso muy claro al PP y a Ciudadanos: si quieren contar con los apoyos del partido liderado por Santiago Abascal a la hora de conformar gobiernos autonómicos y municipales, tendrán que pasar por un peaje que el propio presidente de la formación ultraderechista ya anunció que en algunos casos sería participar en las negociaciones de investiduras, pero en otros exigiría entrar de lleno en los gobiernos.

Tranquilidad de Moreno Bonilla

Por el momento en el PP se limitan a pedir tranquilidad ante este órdago lanzado en Andalucía. Moreno Bonilla volvió a defender que «el pacto a la andaluza funciona porque es sensato y fiable». Mientras tanto, el secretario general de Cs, José Manuel Villegas, se refirió a esta amenaza como un claro ejemplo de la «poca influencia» que Vox tiene en la Junta andaluza.