Un juez francés envía a Josu Ternera a una prisión de París para que purgue 8 años

DAVID GUADILLA / PAULA ROSAS BILBAO / COLPISA

ESPAÑA

Josu Ternera, en una imagen de archivo
Josu Ternera, en una imagen de archivo David Aguilar

Simulaba ser un escritor venezolano, llevaba 4.000 euros y vivía en una cabaña

18 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

De Josu Ternera a Bruno Martí. José Antonio Urrutikoetxea se hacía pasar por un escritor venezolano en su refugio de los Alpes franceses. Así lo han confirmado vecinos de Saint Nicolas de Veroce, perteneciente a la localidad de Saint Gervais des Bains. Vivía solo en un refugio de montaña y solía hacer «bastante deporte». Jamás iba en coche, «siempre andando». «Era un hombre normal. Decía que había venido a escribir. Llevaba al menos seis meses viviendo aquí», explica el guardián de uno de los chalés que hay a pie de pista en Plateau de la Croix. En el momento de su detención tenía 4.000 euros encima.

El histórico dirigente etarra ingresó este viernes en la cárcel de La Santé de París en cumplimiento de la pena de ocho años que tenía pendiente en Francia desde el 2017. Urrutikoetxea, que había salido a primera hora de la mañana de la prisión de Bonneville donde pasó la primera noche tras su captura el jueves en Sallanches, una localidad de los Alpes franceses, compareció por la tarde ante la Fiscalía de París.

Allí le notificaron formalmente la orden de detención tras la condena en rebeldía por el Tribunal Correccional de París, el 1 de junio del 2017, por su papel en el aparato político de la organización terrorista entre el 2011 y el 2013. A continuación fue presentado ante el llamado juez de las libertades y de la detención, que decretó su ingreso en prisión.

Una fuente judicial señaló a Efe que se ha optado por La Santé, el único centro penitenciario dentro de la ciudad de París, que reabrió a comienzos de este año tras cuatro de obras para adaptarlo y convertirlo en uno de los de mayor seguridad.

Josu Ternera tiene ahora una decena de días para decidir si se opone a la pena que se dictó en su ausencia y, en ese caso, se volvería a celebrar el juicio.

Diecisiete años después de huir de la Justicia para no responder por el atentado contra la casa cuartel de Zaragoza en el que murieron once personas, seis de ellas niños, el último gran jefe de ETA en libertad era detenido este jueves en una operación denominada Infancia robada desarrollada por la Policía gala en colaboración con la Guardia Civil. . A sus 68 años, Urrutikoetxea era arrestado en el aparcamiento de un centro hospitalario donde al parecer iba a ser sometido a una operación de estómago.

Su detención acaba con su trayectoria en la clandestinidad y reabre su periplo judicial. En España, tiene cuatro causas pendientes. Entre ellas, un delito de lesa humanidad.

Reconciliación no es amnistía

La captura de Urrutikoetxea dio lugar a una reacción este viernes del presidente francés, Emmanuel Macron, quien al ser preguntado sobre un eventual cambio de política de su Gobierno hacia los presos etarras descartó cualquier amnistía y dijo que continuará el acercamiento selectivo a cárceles próximas al País Vasco. Macron recordó que Josu Ternera «cometió crímenes graves» y ha sido condenado. «La reconciliación política no equivale a la amnistía», subrayó el jefe del Estado francés.