De Gispert, lenta de reflejos, borró el tuit e hizo un surrealista amago de disculpa: «He suprimido el twit [sic] que tanto revuelo ha creado. Nunca quise llamar cerdos a nadie. Y me duele que mucha gente lo haya querido ver así. La composición a la que hace referencia no es mía». Demasiado escaso y demasiado tarde. Los pantallazos ya circulaban por las redes y, mientras Ciudadanos pedía que Torra ofreciese explicaciones en el Parlamento catalán sobre la concesión de la Cruz de Sant Jordi, el PSC exigía directamente que le fuese retirada la condecoración.
Pero, como era de esperar, el presidente de la Generalitat, Quim Torra -que también se ha ganado a pulso una amplia reputación por sus escritos xenófobos-, se apresuró a rechazar esa posibilidad. De Gispert tendrá su medalla por la «defensa de la identidad de Cataluña».