Puigdemont tira por tierra la estrategia de los presos del «procés» al sostener que la declaración de independencia fue válida

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

OLAF MALZAHN | EFE

En una entrevista en el diario argentino Clarín afirma que la proclamación puede ser «ilegal, pero no es delito»

01 abr 2019 . Actualizado a las 21:58 h.

Carles Puigdemont sigue poniendo piedras a sus compañeros en el desafío secesionista desde su cómodo exilio belga. El expresidente de la Generalitat, en una entrevista en el diario argentino Clarín, afirma que la declaración de independencia del 27 de octubre (DUI) «fue válida, hecha por un Parlamento legítimo, democráticamente escogido, que además no ha sido rectificada por otro Parlamento». Esta afirmación tira por tierra uno de los principales argumentos esgrimidos por las defensas de los principales procesados en el juicio que se desarrolla en el Tribunal Supremo: que la declaración del 27 de octubre fue una mera resolución política sin efectos jurídicos.

Repreguntado por esta cuestión, Puigdemont desvía el tema hacia otros argumentos, afirmando que «todo está permitido» para afrontar un juicio «sin garantías». «Lo que yo veo es que mis compañeros y amigos deben hacer todo lo que esté en sus manos para salir de esta farsa. Y todo está permitido porque no estamos afrontando un proceso judicial. Esto es una venganza».

Justifica la huida

El expresidente catalán insiste en no considerarse un «prófugo» y dice que su huida de España, criticada abiertamente por el vicepresidente Oriol Junqueras y por amplios sectores del independentismo, fue un estrategia para «internacionalizar la causa catalana». Justifica así los «beneficios» que han aportado a la causa su huida, porque, dice, hubiera sido una gran traición si hubiera desaparecido. Y relata, para contraponer su situación a la de los políticos presos, que ha asumido riesgos. Reconoce que la detención de Junqueras y de los otros que están recluidos ha contribuido a divulgar el conflicto.

División del secesionismo

Admite asimismo la existencia de muchas debilidades en el secesionismo. «Una es la división entre los actores políticos», señala. «Cuesta mucho encontrar unidad, incluso estratégica. Ya no hablo de unidad de fuerza política». Y asume que la declaración de independencia del 27 de octubre fue «ilegal», aunque intenta esquivar la cuestión asegurando que no es delito.

Falacia sobre el pueblo catalán

Y una vez más expone su relato sobre la sociedad civil de una manera excluyente, pues habla de ella de modo sesgado como si todo «el pueblo catalán» fuese independentista. Más adelante cita como principal debilidad del soberanismo y la más importante la de que «somos una minoría política y social en España. Somos solo el 16 % de la población».

 Una nueva falacia del expresidente huido porque incluye de nuevo a todos los catalanes (casi siete millones y medio) que representan el 16 % de los españoles (algo más de 46 millones), sabiendo que una mayoría de la sociedad catalana es contraria a la independencia.

Error e inmadurez

Pero no quedan ahí sus mentiras. Afirma Puigdemont que fue «un error no haber declarado la independencia el 10 de octubre» porque, para entonces, «el Estado español no había aún madurado la fase final de la represión. Hubiéramos podido mantenernos legítimamente». Esta aseveración retracta, por una parte, su modo de actuar buscando burlar las normas, y , por otra, engañando porque ni se hubiese alcanzado la independencia ni el Estado hubiese permanecido impasible. Silencia que el Estado español y todas sus instituciones estaban y están preparadas para actuar ante cualquier desafío de ese nivel. También cuando responde a que no ha vuelto a Cataluña, pese a decir que lo haría, y que ahora insiste en que regresará si es elegido eurodiputado, construye de nuevo otra falsedad diciendo que «ganamos unas elecciones [por las del 2017]» cuando la vencedora de los comicios fue Inés Arrimadas (C’s).

Regreso y recogida del acta

Puigdemont da por descontado que logrará inmunidad si consigue ser elegido eurodiputado. La cuestión estriba en que si tiene que recoger el acta en el Congreso y cumplir con el acto de jura o promesa de acatamiento de la Constitución, un trámite imprescindible para adquirir la condición plena de europarlamentario, puede ser detenido al entrar en España. Además, habla de los «problemas administrativos» que le acarrearán la caducidad de su DNI, el 3 de febrero del 2020.

 En la entrevista concedida al periódico bonaerense, que define a Puigdemont de filólogo, cuando no terminó la carrera, el expresidente catalán afirma que «en los tiempos modernos los conflictos también son narrativos», y es que en eso se basó el independentismo: en construir y propagar un relato que no coincide con la realidad.