«Si alguien debe pedir perdón son los descendientes de los conquistadores»

ESPAÑA

Sashenka Gutierrez | Efe

Los historiadores rechazan que España tenga que disculparse, como pretende el presidente de México, López Obrador

29 mar 2019 . Actualizado a las 13:36 h.

La carta del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en la que insta al Estado español a que pida perdón por los crímenes cometidos en la conquista de México hace 500 años ha originado una gran polémica. Tres destacados historiadores lo analizan para La Voz.

María Elvira Roca, autora de Imperiofobia y leyenda negra, señala que es algo «completamente estúpido, absurdo, no tiene ningún sentido, hasta considerarlo es ridículo». La historiadora considera que «si alguien tuviera que pedir perdón por la conquista serían los descendientes de esos conquistadores, que no están en España, sino en México». En su opinión, se trata de una «maniobra de distracción que cada cierto tiempo ponen en marcha los descendientes de las élites criollas, agitando el fantasma del demonio español, para tapar su incapacidad manifiesta para gestionar sus países».

Roca explica que la conquista de México la hicieron los propios indígenas, porque resulta inverosímil que Hernán Cortés pudiera llevarla a cabo con una «cantidad tan ridícula» de soldados españoles. «Desembarcó con 500 hombres, pero al llegar a Tenochtitlán solo le quedaban unos 300 en condiciones, fueron los totonacas y los tlaxcaltecas, que formaban el grueso de su expedición con 80.000 hombres, los que la conquistaron, y fue una victoria contra la tiranía de los aztecas», afirma.

Matanzas aztecas

Ya puestos, argumenta, también tendrían que pedir perdón los descendientes de los aztecas, que llegaron 250 años antes que los españoles y conquistaron el valle de México, «por las matanzas de los pueblos mexicanos y por los sacrificios humanos que practicaban». Y añade que «la conquista española la hicieron los indios y la independencia los españoles».

Enrique Moradiellos, catedrático de Historia Contemporánea, señala que es un «anacronismo histórico y una vacuidad porque presupone una continuidad por la que los Estados deben pedir perdón por lo que hicieron generaciones de hace 500 años, suponiendo bajo parámetros actuales que estuvo mal y, por tanto, habría que sancionarlo». Dicho de otro modo, «es una barbaridad que supondría que los españoles pidieran perdón por haber sido parte de los grandes descubrimientos geográficos del siglo XV, que fueron la primera globalización histórica, y que incorporaron al continente americano al curso general de la historia, haciéndolo Occidente».

¿La conquista española fue especialmente cruel? Moradiellos destaca que «desde el primer imperio que conocemos, Sargón de Acad en Mesopotamia, a la conformación del mundo helenístico por Alejandro Magno, vencedor batalla tras batalla, hasta la constitución del Imperio romano, todos fueron procesos militares de conquista y, por lo tanto, crueles, pero también crearon inmediatamente la colonización y aculturación».

En el caso romano, «fundaron ciudades, incorporaron el derecho a sus ciudadanos, construyeron edificios y obras de ingeniería». Sostiene que «los españoles hicieron lo mismo en América, siguiendo ese patrón». Y añade que otros imperios, como el inglés, el francés, el holandés o el belga «actuaron quizá con mayor crueldad».

Según el catedrático de Historia Contemporánea Luis Enrique Otero, «no se trata tanto de entrar en una nueva guerra cultural, a la hora de pedir perdón, como de implementar políticas de reconocimiento y de combatir la desigualdad histórica de los pueblos y sociedades indígenas de América». Para ello, añade, «la comunidad internacional tiene por delante la obligación de poner en marcha políticas de respeto, recuperación y rehabilitación de las culturas y civilizaciones americanas».

«¿Por qué no exige a Trump que devuelva el 52 % del territorio que le arrebató EE.UU.?»

Para María Elvira Roca, lo que busca López Obrador es «notoriedad, que se hable de él, ponerse la chapita de gran patriota, pero ¿por qué no exige a Trump que devuelva a México el 52 % del territorio mexicano que le arrebató Estados Unidos o no va pedirle cuentas por ese muro vergonzoso que les están construyendo?». En lugar de sacarle el colmillo al país más poderoso del mundo, prefiere «utilizar a España como cabeza de turco, como hacen siempre».

Luis Enrique Otero explica que «la evaluación de la conquista de América por las potencias europeas a partir de 1492, entre ellas la monarquía hispánica, ha experimentado una notable reconsideración por parte de la historiografía internacional».

Ese proceso se inició «a partir de los años ochenta del siglo XX, consecuencia del auge de los estudios poscoloniales a raíz de los procesos de descolonización iniciados tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada por la ONU en 1948, y la reconsideración del papel de las víctimas en los conflictos tras el ejercicio memorialístico que representó la reactualización del Holocausto y posteriormente del régimen soviético con el gulag desde los años sesenta del siglo XX».

Costes para los nativos

En dicho contexto, argumenta, «la reconstrucción historiográfica de los procesos de expansión colonial, conquista y dominio de las potencias europeas desde 1492 ha experimentado una notable transformación, marcada por la toma en consideración de los costes que para las poblaciones nativas, sus civilizaciones y culturas tuvieron la conquista y expansión de las potencias europeas».

Moradiellos sostiene que si América forma parte hoy de Occidente es «gracias a los descubrimientos geográficos, a los procesos de conquista militar, pero a los que inmediatamente siguieron la colonización idiomática, religiosa, cultural». A partir de esas grandes exploraciones, «el Atlántico se convierte en el eje histórico de reordenación del mundo».

Roca considera correcta la respuesta del Gobierno español a López Obrador: «Cualquier otra cosa habría sido un profundo disparate». Por su parte, Moradiellos, autor de una reciente biografía de Franco, está de acuerdo con que la exigencia de López Obrador, como ha dicho el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, es «inaceptable».