El Gobierno advierte a Torra, pero deja la respuesta en manos de la Junta Electoral

F. B. F. MADRID | LA VOZ

ESPAÑA

Andreu Dalmau | EFE

La portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, considera que el titular de la Generalitat estaría traspasando por primera «la raya de la desobediencia»

20 mar 2019 . Actualizado a las 14:00 h.

El Gobierno advierte a Quim Torra de que en caso de no retirar los lazos amarillos y las banderas esteladas de los edificios públicos, como le ordena la Junta Electoral Central (JEC), estaría traspasando «la raya de la desobediencia». Así lo ha manifestado la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, en una entrevista este miércoles en RNE, en la que ha calificado al titular de la Generalitat como una persona en «permanente búsqueda de conflicto», una situación que ha definido como «penosa». «Hasta ahora ha mantenido una retórica muy molesta, a veces inaceptable, pero no ha pasado la raya de la desobediencia, con esto lo haría», comentó la ministra de Educación.

No obstante, en caso de que, como todo apunta, Torra continúe sin atender al requerimiento de la JEC, el Gobierno seguirá sin mover ficha a la espera de lo que determine este organismo. «El Ejecutivo está a lo que diga la JEC, es competente y será la que decida si hay sanción o lo lleva a Fiscalía».

El presidente catalán se enfrenta a una multa de 3.000 euros y a una inhabilitación para ejercer cualquier cargo público por delito de desobediencia. La portavoz del Govern, Elsa Artadi, avanzó ayer que no tiene pensado retirar ni los lazos ni las banderas que ondean en las fachadas de las principales instituciones públicas, porque de hacer lo contrario, irían contra la libertad de expresión.

El ejecutivo autonómico encargó ayer un informe al síndic del Greuges, una figura similar al Valedor do pobo escogida por el parlamento catalán, para que determinara cómo debería actuar ante esta petición de la JEC.

Colau rechaza volver a colocar el lazo

Los independentistas catalanes han sumado sus fuerzas en Barcelona para sacar adelante una votación a propuesta del PDECat en la que se insta al gobierno local a que vuelva a poner el lazo amarillo en la fachada de la sede del consistorio. Los herederos de la extinta Convergencia se han alineado con ERC y la CUP para que el Ayuntamiento «ponga en marcha todas las iniciativas necesarias para que los lazos amarillos continúen en las fachadas». El PP, Ciudadanos y el PSC han votado en contra. Los comunes se han abstenido. 

A pesar de que la iniciativa ha prosperado, la alcaldesa, Ada Colau, rechaza volver a situar el lazo amarillo en la balconada. Según ha recordao este miércoles su teniente de alcalde, Jaume Asens, el símbolo fue retirado recientemente a petición de la Junta Electoral Central, y que no procede volver a sacarlo al exterior para evitar que se produzca una «guerra de símbolos».