José Pedro Pérez-Llorca: el político integrador y dialogante que advirtió sobre el exceso de ira

P. Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

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RAÚL SANCHIDRIÁN

Alertó que modificar la Carta Magna sería una temeridad con el actual clima de crispación

07 mar 2019 . Actualizado a las 08:20 h.

José Pedro Pérez-Llorca, uno de los siete ponentes de la Constitución, ha muerto el miércoles a los 78 años de edad a causa de una enfermedad pulmonar, según ha informado el despacho de abogados que fundó en 1983 y en el que centró su actividad profesional tras abandonar la política en 1982, cuando se produjo la debacle de la Unión del Centro Democrático, el partido al que pertenecía.

Pérez-Llorca fue ministro de Presidencia y ministro de Administración Territorial en la primera legislatura de la democracia, bajo la presidencia de Adolfo Suárez, que también llegó a nombrarlo ministro de Exteriores. Siguió en ese cargo después con Leopoldo Calvo Sotelo hasta la aplastante victoria electoral de Felipe González en 1982.

Una de su últimas aportaciones políticas tuvo lugar en el Congreso hace ahora poco más de un año, cuando fue llamado a comparecer como experto ante la comisión para la evaluación y modernización del Estado autonómico, un espacio propuesto por el entonces líder de la oposición Pedro Sánchez a Mariano Rajoy, al presidente del Gobierno, para tratar de atajar la crisis territorial.

Al foro, en el que se negaron a participar los partidos independentistas, los nacionalistas y Podemos, acudieron además de Pérez-Llorca los otros dos padres vivos de la Constitución, Miquel Roca (Convergencia) y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón (UCD). Los tres coincidieron que la Carta Magna solo debería reformare si se da un consenso amplio para ello y su testimonio supuso en cierto modo jarro de agua fría para el PSOE.

El más drástico sin embargo fue, precisamente, Pérez Llorca. No solo afirmó que el clima actual no es propicio para embarcarse en semejante aventura («Ahora, hay demasiada ira», dijo), también puso en cuestión la tan extendida premisa de que el modelo autonómico ha sido una historia de éxito. «Yo propondría que tomemos medias de integración, puesto que lo que nos amenaza es la desintegración», dijo en referencia explícita a la lengua y la educación.

En octubre, durante un acto organizado por la Asociación de Jueces Francisco de Vitoria, también en el Congreso, se mostró algo más optimista y dijo estar convencido de que la actual crisis institucional «pasará». «Espero que haya una reforma de la Constitución -llegó a decir- porque la sociedad española la quiere». «Ya está bien de homenajes, poneos a trabajar», remachó con ironía. En este mismo acto también lanzó otra alerta sobre una operación de «jaque al rey» que según él ha puesto a Felipe VI en la «diana», cuando el jefe del Estado es la «clave» del arco de la «arquitectura constitucional». Pérez-Llorca mantuvo hasta el final sus prevenciones hacia las consecuencias de la centrifugación excesiva del poder para la convivencia cívica. En una entrevista publicada el 5 de diciembre pasado insistió: «Es obvio que habría que parar el proceso que no está siendo de descentralización sino de deconstrucción total del Estado».

Pérez-Llorca era también un intelectual amante de las artes. Desde el 2012 presidía el Patronato del Museo del Prado.