Rajoy prepara su declaración ante el Supremo repasando los hechos críticos que llevaron al 1-O

N. Vega MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Rajoy y Puigdemont, en un reunión del 18 de agosto del 2017, la última antes de los acontecimientos que desembocaron en el 1-O
Rajoy y Puigdemont, en un reunión del 18 de agosto del 2017, la última antes de los acontecimientos que desembocaron en el 1-O Sergio Barrenechea | Efe

Las cartas que el expresidente intercambió con la Generalitat serán una de las claves en el proceso

25 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Fueron las de septiembre y octubre de 2017 jornadas intensas en la Moncloa, hasta que la tensión entre el Gobierno y la Generalitat derivó en la intervención de Cataluña. El 27 de octubre, el Senado autorizó al Ejecutivo de Mariano Rajoy a actuar al amparo del 155 de la Constitución y cesar al presidente catalán y sus consejeros. Ahora, el exjefe del Ejecutivo revisa cada una de aquellas decisiones en vísperas de testificar, el miércoles a las cuatro de la tarde, en el juicio a los dirigentes que impulsaron el desafío secesionista. El expresidente ha dedicado los últimos días a repasar la frenética sucesión de acontecimientos que mantuvo en vilo a su Gobierno.

Quienes trabajaron en su núcleo duro rememoran también la cronología desde que, el 6 y 7 de septiembre del 2017, los secesionistas impulsaron un entramado normativo para sustentar el proceso de ruptura con el resto de España. El Parlamento autonómico aprobó la ley del referendo y la de transitoriedad jurídica, y, bajo el paraguas de la primera, Carlos Puigdemont y sus consejeros firmaron la convocatoria de la consulta del 1 de octubre. Apenas habían transcurrido 24 horas cuando el Tribunal Constitucional aceptó las impugnaciones del Ejecutivo de Rajoy, dejó en suspenso cautelar la ley reguladora del referendo y advirtió a los 948 alcaldes catalanes de su deber de obedecer y no participar en la organización de la consulta de autodeterminación. A partir de ahí, los hechos son archiconocidos.

Tras la votación ilegal del 1-O, Mariano Rajoy aún esperaría, en contacto con el PSOE y Ciudadanos, para cargarse de razones jurídicas y activar el artículo 155. El 10 de octubre, Puigdemont compareció en el Parlamento de Cataluña, asumió el «mandato» expresado en las urnas y, acto seguido, propuso la «suspensión de los efectos de la declaración de independencia». En la Moncloa, con más dudas que certezas sobre lo que acababa de ocurrir, resolvieron convocar un Consejo de Ministros extraordinario y el día 11 se envió un requerimiento al presidente de la Generalitat.

Las cartas

El intercambio de misivas puede ser importante en la declaración de Rajoy en el juicio. En aquella primera carta, el jefe del Ejecutivo reclamó a Puigdemont que aclarara si había proclamado o no la independencia de Cataluña. La respuesta del dirigente catalán no dejó zanjado el asunto y el Gobierno volvió a insistir. «¿Sí o no?». En Presidencia no se dieron por satisfechos tampoco la segunda vez y el Consejo de Ministros decidió remitir al Senado la documentación para la puesta en marcha del 155.

Durante todo ese tiempo, Rajoy y su vicepresidenta asumieron la gestión de la crisis. Soraya Sáenz de Santamaría había dirigido la llamada operación diálogo, en la que tuvo como interlocutor a Oriol Junqueras, entonces número dos de la Generalitat, y llegó a decir que tendría «despacho en Barcelona» para pilotar las conversaciones. Ahora también declarará como testigo el próximo miércoles. Ese día acudirán al juicio en el Tribunal Supremo los exministros de Hacienda y el de Interior.

Altavoz para Vox

Fuentes del PP pronostican que Vox, que ejerce de acusación popular, querrá aprovechar la presencia de miembros del Gobierno de Rajoy para escenificar sus diferencias con el modo en el que se administró el asunto. Fue, de hecho, este partido el que solicitó, junto a las defensas, la testifical. Ya el primer día de juicio, en la puerta del Tribunal Supremo, su presidente, Santiago Abascal, denunció la «inacción» del anterior Ejecutivo. «No fue capaz de sofocar el golpe de Estado», censuró.

En el PP creen que Vox, que podrá hablar por primera vez en el juicio en la fase testifical porque los acusados han rechazado responder a sus preguntas, busca en el procedimiento un altavoz para la precampaña. Pero dan por sentado que Rajoy se ajustará a los hechos sin entrar en controversias de carácter político.