El expresidente se arriesga a quedarse solo en la Crida

C. R. BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

29 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La Crida Nacional, el proyecto político de Carles Puigdemont que se presentó el sábado pasado, se estrenó con una llamada a la unidad del independentismo que, de momento, está muy lejos de lograr. Esquerra se desmarcó desde el primer minuto con el argumento de que es una formación de centroderecha, como Convergència. Por su parte, el PDECat anunció este lunes que luchará hasta el final para preservar sus siglas, pese a los deseos del expresidente de la Generalitat de fagocitarlo. «Queremos seguir siendo grandes», reivindicó el presidente del partido, David Bonvehí. Pero de entrada, este lanzó varios avisos a Puigdemont. Pueden producirse «escisiones» si busca hacer desaparecer la marca nacionalista sin más. El PDECat está dispuesto a sumar con la Crida si este proyecto no actúa como una organización política. Una condición imposible porque nadie duda de que es un partido. El problema es a corto plazo y si la Crida decide concurrir a las elecciones municipales y europeas, los pos convergentes tratarán a la formación como un partido ajeno con el riesgo de que las dos marcas compitan por el mismo espacio electoral. Bonvehí recordó este lunes que el secretario general de la Crida, Toni Morral, afirmó que su intención no es concurrir ni a las municipales ni a las europeas y que, por tanto, no debería haber problemas. Pero, en cambio, la consejera de la Presidencia, Elsa Artadi, pieza clave de la Crida, es partidaria de presentar lista propia en las europeas. Bonvehí, en cualquier caso, no cree que terminen siendo rivales salvo que el expresidente apueste por convertir su proyecto en un partido y no en una asociación, como afirmaron sus dirigentes en el congreso fundacional. En este doble juego, la Crida ya ha sido inscrita como partido en el Ministerio del Interior, aunque figura como asociación en el registro de la Generalitat. 

La situación del PDECat es, por tanto, complicada. Advierte a Puigdemont con la ruptura, pero no sabe qué hará si este lanza lista propia para las europeas. La formación nacionalista, que huye de la vía rupturista que intenta imponer el expresidente, trata de fijar una posición de fuerza, pero tiene el problema de que en sus filas hay quienes son partidarios de diluirse en la Crida y desaparecer como partido.