Los rescatadores están perforando de nuevo el túnel para llegar a Julen

A. Frías / J. Cano / F. Torres MÁLAGA / COLPISA

ESPAÑA

ATLAS

El pozo paralelo está algo desviado, por lo que los tubos del encamisado no encajan

23 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El ánimo que reinaba entre los efectivos del dispositivo de rescate por la finalización del túnel vertical que se empleará para llegar hasta el pozo en el que se encuentra el pequeño Julen, tras conectarlo mediante una galería horizontal, sufrió ayer un severo revés. Otro más. Se han detectado una serie de dificultades técnicas que van a obligar a que los operativos tengan que volver a excavar el túnel.

Desde la Subdelegación del Gobierno en Málaga se informó de que esas dificultades se han producido en el entubado del pozo después de superar los 40 metros de profundidad. Los tubos no sobrepasan esa cota y, ante el riesgo de que puedan quedar atascados, se ha decidido sacarlos para preservarlos en perfecto estado. Y es que el túnel vertical que se ha perforado parece estar algo desviado. Esto, según explicaron las fuentes consultadas, es lo que ha provocado que los tubos del encamisado no encajen.

El problema habría surgido de la profundidad a la que se está perforando ya que no se ha realizado nunca una pilotación en España a 60 metros de profundidad con un diámetro como el que se está empleando en el caso de Julen. Lo normal, según apuntaron las mismas fuentes, es que este tipo de perforaciones como la que se está realizando en Totalán se lleven a cabo en una profundidad de entre 15 metros y 40 como máximo.

Las tareas de encamisado son de vital importancia para el rescate del menor, ya que de ellas dependen la seguridad del túnel vertical que se ha excavado y, por lo tanto, de los rescatistas. Tras la mala noticia, los coordinadores del dispositivo valoraron inmediatamente las diferentes posibilidades que existen para buscar una solución a este problema y seguir adelante con el rescate de Julen. Así, se barajaron distintas opciones para reconducir la situación y se escogió la más segura: se está rellenando el pozo con tierra fina para evitar que se desvíe la excavación y volver a perforar con un engrosamiento un poco mayor. Por el momento, no es posible dar una estimación de tiempo que se empleará para estos trabajos aunque la maniobra ya comenzó ayer.

Brigada de Salvamento Minero

Frente al hotel donde se alojan, ondea en un balcón la bandera del Principado de Asturias. Al otro lado de la calle, en la recepción, aguardan concentrados, como un equipo de rugbi a punto de salir al campo, los ocho integrantes de la Brigada de Salvamento Minero que intentarán rescatar en las próximas horas al pequeño Julen, atrapado en un pozo desde el 13 de enero en la sierra de Totalán.

Dicen en el operativo que están impacientes, con un punto de nerviosismo -aunque poco se les nota- ante un rescate que, pese a que entra dentro de su rutina, se va a desarrollar en unas circunstancias y en un entorno completamente desconocido: un pozo a más de 70 metros de profundidad, donde tendrán que excavar una galería en mina (horizontal) para conectarlo al del menor y así llegar hasta él.

El carácter de los mineros ha calado entre los integrantes del operativo. Son gente llana, espartana, que utiliza las palabras necesarias, ni una más ni una menos, pero que habla claro. Todos siguen a su líder, el ingeniero de minas Sergio Tuñón, pero el concepto de equipo impera por encima de todo, porque en la brigada, aunque las directrices las dé uno, se la juegan todos. Así que cada decisión se toma de forma consensuada.

No quieren hacer declaraciones y despachan, siempre de forma respetuosa, a cualquier periodista que se le acerque. Uno de los mineros, más por educación que por otra cosa, intercambia un par de frases: «Lo mismo se tarda 24 horas, no se sabe; si está duro para la máquina, imagínate para el brazo». Es la única respuesta, el resto son monosílabos, con los que zanja la breve conversación.