Un partido favorecido por el desafío secesionista que llega para quedarse

ESPAÑA

El presidente de VOX, Santiago Abascal, y el candidato de VOX a la Presidencia de la Junta, Francisco Serrano.
El presidente de VOX, Santiago Abascal, y el candidato de VOX a la Presidencia de la Junta, Francisco Serrano. Eduardo Briones | EUROPA PRESS

14 ene 2019 . Actualizado a las 08:25 h.

¿Será Vox un fenómeno pasajero o ha llegado para quedarse como fuerza destacada? «Es imposible decirlo desde ahora», responde Acha. «Vox podría obtener un buen resultado en términos de votos y escaños en las próximas elecciones europeas de mayo, ya que este tipo de convocatorias ha sido siempre mucho más favorable a los intereses de los partidos pequeños, pero también puede ocurrir que el efecto de las andaluzas no dure hasta mayo, y la carrera de Vox hacia el éxito se ralentice», explica. Para la profesora de Sociología y especialista en extrema derecha, «un triunfo modesto o menor de lo esperado significaría un fuerte varapalo para sus dirigentes, que mantienen elevadas expectativas de cara a los comicios europeos, pero incluso un espectacular resultado podría no repetirse en las generales, pues la actuación de Vox vendrá muy marcada por los temas que dominen la campaña». Resalta que «a día de hoy, Pablo Casado, asume la pervivencia de Vox, al dar por hecho que la alianza a tres en Andalucía se repetirá en el futuro, lo que beneficia a la formación de ultraderecha y contribuye a normalizar su presencia». 

El tema catalán le favorece

«Todo apunta a que ha llegado para quedarse, al menos mientras el discurso identitario sea el tema principal en todo el Estado, si Cataluña monopoliza la política tendrá gasolina de sobra para mantener el motor encendido», sostiene Martínez. «No olvidemos que muchos de sus votos han sido de protesta o de castigo de una parte de la derecha que antes protestaba quedándose en casa y no votando al PP», añade.

Barrio explica que «una vez que se accede al umbral de representación, que no es fácil, y más si se hace con tanta fuerza, es difícil desaparecer». Pero añade que «lo que no se puede anticipar es cuál será su dimensión al finalizar el ciclo electoral, hay limitaciones institucionales (el sistema electoral) y su relevancia dependerá de la política de alianzas que decidan el resto de partidos y el potencial de coalición que le otorguen». Barrera señala que «la polarización política debida a la crisis y al fenómeno secesionista de Cataluña, junto con la volatilidad del voto, cada vez menos fiel a un partido concreto, son factores que pueden facilitar su acomodo en el panorama político». En su opinión, «juega también en su favor que el voto “cabreado” del PP, que antes solo tenía refugio en Ciudadanos o en la abstención, ahora cuenta con una opción más».