Los barones del PP muestran las uñas sin cuestionar al patrón

Juan María Capeáns Garrido
Juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

ESPAÑA

ANA VARELA / XUNTA

La portavoz popular en la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso, recomendó a Feijoo que evitase «comentar todo en tiempo real, porque no ayuda»

10 ene 2019 . Actualizado a las 08:00 h.

Necesitar el apoyo de Vox para gobernar tiene un precio, y el PP ha empezado a pagarlo. La organización política más votada de España y uno de sus referentes más destacados, Feijoo, han sido víctimas de su propia descentralización orgánica y de una emboscada con dos salidas, una mala y otra muy mala. Así se explica que las reacciones de los principales pesos pesados con respecto a las exigencias de Vox hayan desafinado con el discurso de Pablo Casado, preocupado por cerrar el pacto en Andalucía aunque suponga un cierto desgaste público. A todo el que es alguien en el Partido Popular se le ha preguntado en las últimas horas por las propuestas más espinosas del partido de extrema derecha. El dirigente que mostrase la más mínima tibieza en asuntos como la violencia machista se metería en un cenagal, pero ponerle la proa a Vox presumiendo de políticas de género, como hizo Feijoo, podría sonar a un desafío al patrón.

En Galicia niegan la vía de agua. «No existe ninguna colisión con Casado, porque el PP no va a derogar ninguna ley sobre violencia de género», garantizan desde el entorno del presidente de la Xunta, que sí enseñaría las uñas si existiese una corriente interna para menoscabar, por ejemplo, el autogobierno autonómico, como pretende Vox. «Formamos parte del PP con todas las consecuencias», trató de zanjar el vicepresidente Rueda. La tesis-argumentario la coronó la portavoz del Congreso, Dolors Montserrat, que ha pedido un acto de fe, «no intentar ver lo que no existe».

Sin embargo, sí han surgido voces reconocibles que se han mostrado molestas por las declaraciones que, casi en tono desafiante hacia los postulados extremistas, salen desde Galicia. La portavoz popular en la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso, recomendó a Feijoo que evitase «comentar todo en tiempo real, porque no ayuda». Pero en la sede de San Lázaro blanquean estas declaraciones interpretando que lo oportuno es no contribuir a enturbiar más el debate «a una semana de la investidura».

En el jardín que no quiere entrar el PPdeG es en el de las aguijonazos de los adversarios, como el del ministro José Luis Ábalos, que se felicitó por el hecho de que Feijoo «asome la patita» y marque distancias con Casado. «Tiene más sentido de Estado y de partido» que el líder nacional, dijo el socialista en Onda Cero. «Eso ya está más que inventado: ensalzar a un compañero para debilitar al rival directo», sostienen los populares gallegos minimizando el episodio.