Sánchez insta a Torra a pasar del monólogo y «la voluntad de diálogo al diálogo real»

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

OSCAR DEL POZO / AFP

Pide el apoyo secesionista a los Presupuestos y no lo descarta para una investidura

29 dic 2018 . Actualizado a las 10:04 h.

Cataluña y los Presupuestos. Son los dos grandes ejes alrededor de los cuales gira buena parte de la política española y de los que depende el futuro de la legislatura. Ambos están estrechamente relacionados, ya que para aprobar sus cuentas del 2019 y ganar oxígeno en la Moncloa el Gobierno requiere del apoyo de los partidos secesionistas. Sin embargo, Pedro Sánchez trató este viernes de desvincularlos, volviendo a reclamar el apoyo de ERC y del PDECat.

El jefe del Ejecutivo tendió una vez más su mano a los republicanos y a los herederos de la antigua Convergència para que «sustenten y permitan la tramitación de los Presupuestos» al entender que el proyecto de ley que trasladará su Gobierno al Congreso a comienzos del próximo año incluye importantes partidas e inversiones en infraestructuras que mejorarán la vida de los ciudadanos catalanes, con independencia de su ideología política. «Parecería lógico que esos acuerdos se puedan materializar», defendió el titular del Ejecutivo en la rueda de prensa en la que hizo balance de su gestión a final de año. Ese mismo razonamiento lo aprovechó para atacar a la oposición. El día después de que tumbasen la senda del déficit en el Senado, acusó a PP y Ciudadanos de haber «rechazado» la posibilidad de que las comunidades autónomas dispongan de unos 2.400 millones a mayores para destinar a políticas sociales por el mero hecho de seguir con su estrategia de acoso y derribo contra el Gobierno: «El oportunismo y el extremismo son nocivos para la España autonómica», criticó, tratando de hilar la postura de las principales fuerzas opositoras con su inminente acuerdo en Andalucía con los ultraderechistas de Vox, que promueven una reformulación del modelo territorial en el que no tiene cabida las autonomías.

Sánchez es plenamente consciente de que para continuar instalado en el Gobierno necesita aprobar sus cuentas. Así se lo advirtió Podemos, su principal socio parlamentario y presupuestario, en reiteradas ocasiones. Y así se lo hacen ver también varios de los pesos pesados de su Gobierno y de su partido. No obstante, el jefe del Ejecutivo rechazó un adelanto electoral en el caso de que no logre sacar adelante los Presupuestos, agarrado en el discurso de que «la vocación del Gobierno de España es agotar la legislatura».  

Referendo o «gestos»

La articulación de una nueva mayoría en el Congreso que permita a Sánchez aprobar los Presupuestos se antoja complicada debido a la inmovilidad de las formaciones secesionistas, que continúan reclamando «gestos» por parte del Ejecutivo con los políticos encarcelados y el compromiso de la celebración de un referendo de autodeterminación. Esta última exigencia fue uno de los 21 puntos que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, le trasladó en un documento al líder del Ejecutivo durante su encuentro de la pasada semana previo a la reunión del Consejo de Ministros en Barcelona. Aunque midiendo mucho sus palabras, Sánchez trató de restarle valor a este listado aireado desde la Generalitat al referirse a él como «un monólogo» que no conducirá a ninguna parte. A su entender, la solución solo es posible a largo plazo y llegará exclusivamente a través de una reforma del Estatuto de autonomía en la que Cataluña aumente sus competencias. Una «propuesta política en la que haya un gran acuerdo que trascienda los bloques y se encuentre un punto de intersección entre el nacionalismo catalán y el no nacionalismo», dijo. Para ello, Sánchez expuso que el único camino es el que se ajuste a la legalidad, por lo que invitó a Torra a «pasar de la voluntad de dialogar al diálogo real», pintando los límites del campo en el marco constitucional.

Sánchez llegó al Gobierno a principios de junio gracias a una moción de censura en la que se sirvió de los votos en el Congreso de los partidos independentistas. Este viernes fue cuestionado sobre si tras la próxima convocatoria electoral estaría dispuesto a pactar con estos partidos su investidura como presidente. Ni un sí ni un no por respuesta. El jefe del Ejecutivo se limitó a indicar que «no es lo mismo» llegar a la Moncloa a través de pactos de gobierno con partidos al margen de la ley que apoyarse puntualmente en estos en una moción en la que, continúa defendiendo, no negoció nada.

Advierte a PP y a C’s que su pacto con Vox los radicaliza

Junto a los Presupuestos y al desafío secesionista en Cataluña, el otro gran tema de actualidad política pasa por los pactos en Andalucía. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se refirió a este asunto durante su comparecencia en la Moncloa para alertar de la «radicalización» de las principales fuerzas de la oposición. Sánchez advirtió que el inminente acuerdo entre PP y Ciudadanos con la «ultraderecha» para desalojar al PSOE de la Junta endurecerá todavía más su discursos. «Lo que va a pasar es que se van a radicalizar los dos», vaticinó el presidente del Gobierno, volviendo a hacer una llamada a estas dos formaciones para que practiquen una «oposición de Estado» como la que presumió de desempeñar él mismo frente al Ejecutivo de Rajoy.

Hace poco más de un mes, Sánchez decidió romper las relaciones con Pablo Casado, presidente del PP, tras una bronca sesión de control al Ejecutivo en la que los diputados se cruzaron acusaciones de «golpistas» y «fascistas». Este viernes mostró su deseo de reconducir el asunto hacia la «normalización», aunque dejando claro que «dos no bailan si uno no quiere», tratando de culpar al dirigente conservador. El líder socialista también lamentó la «involución» que ha experimentado la presidencia del PP con la marcha de Rajoy y la llegada de Casado a Génova.

Sánchez se mostró firme sobre la posibilidad de que la Junta andaluza impulse algunas medidas defendidas por Vox. «Si recorta derechos y libertades aprobadas por el Parlamento de España o ponen en cuestión la seguridad de las mujeres, el Gobierno utilizará todos los instrumentos del Estado para defender la seguridad y la libertad de las mujeres», aseveró el presidente.

El presidente evita poner fecha a la exhumación de los restos de Franco

La exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos fue presentada por el Gobierno como una de las medidas con mayor simbolismo, pero con el paso del tiempo se está convirtiendo en un auténtico quebradero de cabeza para Pedro Sánchez.

Tras haber garantizado que se haría efectiva antes de final de año, el jefe del Ejecutivo optó este viernes por la prudencia, y evitó atreverse a vaticinar fecha alguna. «Si hemos esperado 40 años, esperar unos meses más no es problema, al menos para este Gobierno», defendió durante su comparecencia en la Moncloa en la que hizo balance de su mandato.

El jefe del Ejecutivo aseguró que el traslado definitivo de los restos del dictador se encuentra en «sus últimos pasos», pero reiteró que se trata de un procedimiento «garantista», por lo que la familia de Franco disfruta ahora de una nueva oportunidad para volver a pronunciarse e incorporar enmiendas.  

Al pleno centro de Madrid

Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el Gobierno es el nuevo lugar en el que se depositarán los restos de Franco. Los herederos han deslizado su intención de que su nuevo destino sea la catedral de la Almudena, uno de los puntos más céntricos y concurridos de la capital madrileña. A este respecto, la Delegación del Gobierno en Madrid elaboró un informe en el que desaconseja este traslado a la plaza de Oriente por motivos de seguridad. El presidente del Gobierno eludió pronunciarse sobre esta recomendación.