PP y Ciudadanos exigen ya el 155: «¿A qué espera? ¿A que haya muertos»

Francisco Balado Fontenla
f. balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

J.J. Guillén | efe

Advierten a Sánchez que la derrota en Andalucía es el aperitivo de lo que le espera a él

13 dic 2018 . Actualizado a las 07:57 h.

Crecida y envalentonada por los resultados de las elecciones andaluzas, y la cada vez más comprometida situación de Pedro Sánchez, la oposición utilizó el pleno monográfico de ayer sobre Cataluña para tratar de apretarle todavía más las tuercas al presidente del Gobierno, a quien advirtieron que la pérdida de la Junta no sería más «que un aperitivo» de todo lo que le espera por delante. El presidente del PP, Pablo Casado, y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, coincidieron una vez más en reclamar con insistencia la aplicación del 155 y la convocatoria de unas generales con carácter inmediato.

El primero en subirse a la tribuna fue el dirigente popular. Lo hizo sin un solo papel, algo que no abunda en estos tiempos. Desde allí requirió al jefe del Ejecutivo que «su aventura» en Moncloa había llegado a su fin, acusándolo de haber desprestigiado la figura de presidente del Gobierno, equiparándolo a «un saco vacío» incapaz de «mantenerse en pie». Casado denunció la incapacidad de reacción de Sánchez en Cataluña, señalándolo como uno de los grandes «responsables» de la deriva en la que está entrando el desafío secesionista debido a su «complicidad» con «este golpe de Estado impune».

El líder popular también lamentó el «buenismo» en el que vive instalado el jefe del Ejecutivo, una actitud que ha provocado la «ulsterización» de Cataluña; y viene a decir que no puede hacer más. ¡Aterrice, esto no da más de sí!», reclamó el presidente del PP sirviéndose de una metáfora en la que trataba de evidenciar las muchas horas que pasa subido en aviones.

«Baje del avión y pise Cataluña»

El turno de Albert Rivera llegó poco más tarde. Cuando se subió a la tribuna, su compañero en la oposición no le había dejado mucho margen para introducir algo nuevo en su discurso. Hasta coincidieron en las mismas bromas: «Baje del avión y pise la Cataluña real», le pidió a Sánchez, a quien volvió a afear su alianza «con los que quieren liquidar España» y de estar de viaje en Cuba mientras se debatía el futuro de Gibraltar.

El presidente de Ciudadanos también construyó su mensaje sobre los mismos dos pilares que Casado. En primer lugar, la urgencia para aplicar el artículo 155 de la Constitución, invitando al presidente del Gobierno a formalizar el requerimiento a Quim Torra, un requisito previo a su paso por el Senado. «¿A qué espera? ¿A que haya muertos?», le inquirió. El otro punto en el que más insistió en su intervención fue en la convocatoria electoral: «No tiene salida. Ponga las urnas, no tenga miedo a los españoles», le desafió.

Iglesias demuestra su incomodidad en el debate catalán y aprovecha para hacer otra intentona con los Presupuestos

Pablo Iglesias nunca ha acabado de encontrar su sitio en el debate catalán. Cada vez que se habla del desafío secesionista, Podemos asiste a una fuga de votos, tal y como asumen en privado fuentes de la dirección. Sin embargo, ayer no quedaba otro remedio, y su secretario general optó por seguir la misma línea que hasta ahora: crítico con algunas actitudes del secesionismo, pero mucho más exacerbado contra los partidos constitucionalistas, en especial contra el PP y Ciudadanos. Iglesias acusó a Casado y a Rivera de «convertir la Constitución en un ladrillo para tirárselo a los que no piensan como ustedes».

Respecto al amago del jefe del Ejecutivo de aplicar un nuevo 155, el líder de Podemos le exigió prudencia: «Respire antes de hablar. Hay muchos sectores que le están presionando para que usted también incendie Cataluña. No lo haga, no es bueno para España ni para Cataluña».

Si Sánchez trata de buscar sin éxito una postura intermedia entre el secesionismo y la oposición, el secretario general de Podemos intenta con la misma suerte encontrar un equilibrio entre los independentistas y el Gobierno. Erró el tiro durante la negociación de los Presupuestos con las fuerzas separatistas, unas cuentas que ya casi da por perdidas, aunque ayer volvió a hacer una última intentona desde la tribuna de oradores para intentar reunir los mismos apoyos que hicieron que cuajase la moción de censura, y que esta vez permitan sacar adelante el proyecto sobre los Presupuestos que acordó en su día con Pedro Sánchez.

Una de las medidas que se recogía en ese documento era el incremento del salario mínimo hasta los 900 euros, algo que trató de capitalizar para sí tras el anuncio de ayer del presidente de que lo aprobaría en el Consejo de Ministros del día 21. «Es un paso en la dirección correcta. Seguiremos trabajando para que sean muchos más», expuso.