La respuesta a la escalada secesionista provoca disensiones en el Gobierno

Paula de las heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Andreu Dalmau | efe

El Ejecutivo tiene que corregir a Ábalos para asegurar que se reunirá el 21 en Barcelona

12 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Gobierno se resiste a dar completamente por perdido el diálogo con la Generalitat. En los últimos días, justo después de que los malos resultados obtenidos por el PSOE en Andalucía hayan puesto en guardia a los barones, la Moncloa ha endurecido su discurso y así lo certifican las tres cartas enviadas el lunes por la vicepresidenta Carmen Calvo, el ministro de Fomento, José Luis Abalos y, sobre todo, el de Interior, Fernando Grande-Marlaska, para pedir explicaciones al Gobierno catalán por la falta de actuación frente a las últimas actuaciones de los radicales en la autopista AP-7 y varios tramos de peaje. La número dos del Ejecutivo, sin embargo, insistió ayer en que el 155 no está sobre la mesa.

El Ejecutivo es consciente de que todo lo que suene a contemporización con el independentismo en estos momentos puede pasarle factura entre su propio electorado, pero al mismo tiempo sigue teniendo la ambición de aprobar los Presupuestos del 2019 y solo puede hacerlo con su concurso. Las posibilidades de éxito son muy remotas, pero los socialistas han decidido no anticipar nada e ir paso a paso, lo que les obliga a hacer difíciles equilibrios y a medir al milímetro sus reacciones, como hicieron el lunes en esas misivas efectistas pero que apenas alcanzan la categoría de advertencia formal.

La portavoz del grupo parlamentario, Adriana Lastra, incluso se mostró ayer -un día después de que Grande-Marlaska recordara que si es preciso podrá echar mano del artículo 38.2 de la ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y asumir la coordinación de un dispositivo de seguridad con los Mossos d’Esquadra- esperanzada con la posibilidad de sacar adelante la semana que viene en el Congreso los objetivos de déficit.

Debate pendiente

Los independentistas no adelantan aún cuál será su posición en esa votación, que tiene un carácter más simbólico que real, dado que el PP tiene capacidad de veto en el Senado, pero tampoco anticipan un rechazo y en el PSOE entienden que cuál sea su actitud servirá de pista para aventurar si, al menos, estarán dispuestos a permitir la tramitación de las cuentas públicas cuando en enero lleguen a la Cámara. «La verdad es que ni lo hemos hablado», dicen fuentes de Esquerra, dubitativas también sobre su posición en el debate de totalidad de los Presupuestos. La falta de unidad en el secesionismo, que ayer atemperó su posición, todavía abre un cierto resquicio a la dirección socialista. Incluso así, tanto en el Gobierno como en el grupo parlamentario aún hay debate sobre cuál es la mejor estrategia a seguir. Se pudo ver ayer mismo cuando el ministro de Fomento y hombre fuerte del PSOE, José Luis Abalos, expresó en público sus dudas sobre la conveniencia de celebrar el Consejo de Ministros del próximo 21 en Barcelona y contra el que los llamados Comités de Defensa de la República ya han anunciado protestas y movilizaciones. «Los Consejos se hacen los viernes normalmente en Madrid. Hay que ver las razones que llevaron a que este se hiciera en Barcelona; si las razones eran buscar resultados positivos, pues se mantiene, si no los dan yo tampoco entiendo el empecinamiento», dijo Ábalos a primera hora de la mañana, durante un desayuno organizado por El Economista.

Unos minutos después, la Moncloa mandaba un comunicado para rectificar sus palabras y aseguraba que el Consejo tendrá lugar en la capital catalana «sin ninguna duda». La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, también manifestó públicamente que no hay ninguna duda sobre la celebración de ese Consejo de Ministros en Barcelona, a pesar de que «ha sido necesario recordar» al Gobierno de Cataluña su obligación de preservar el orden público, lo que este garantizó.

Policía y Mossos preparan medidas de seguridad

Fruto del intento de los Gobiernos central y catalán de rebajar la tensión de los días precedentes, representantes de la Policía Nacional y de los Mossos d’Esquadra se reunieron ayer para abordar el dispositivo de seguridad que se desplegará en Barcelona con motivo de la reunión del Consejo de Ministros el próximo día 21 en Barcelona. Según informaron a Efe fuentes conocedores del encuentro, la reunión se celebró en la sede de la Delegación del Gobierno en Cataluña, en el marco de los diferentes encuentros periódicos de coordinación entre las distintas fuerzas de seguridad.

La consejera de Presidencia catalana, Elsa Artadi, aseguró ayer que la Generalitat garantizará, con efectivos de Mossos d’Esquadra, tanto la seguridad de la celebración del Consejo de Ministros como que se puedan convocar protestas, algo que han anunciado ya los CDR y dirigentes de la CUP.