Las tres vueltas al mundo de Pedro Sánchez

Francisco Balado Fontenla
fran balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

REUTERS

El presidente del Gobierno ha pasado en el extranjero 36 de los 192 días que lleva en el cargo, completando 139.100 kilómetros y afrontando alguna crisis importante desde la distancia

09 dic 2018 . Actualizado a las 08:40 h.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, apenas habrá tenido tiempo de deshacer la maleta. Tras su estancia de este fin de semana en Lisboa, donde participó en el Congreso del Partido Socialista Europeo, mañana tendrá que estar a primera hora de la mañana en Marrakech (Marruecos) para asistir a la Conferencia Internacional de la Organización de las Naciones Unidas sobre Migraciones, en donde el Ejecutivo tiene grandes expectativas. Y el jueves y el viernes tocará Bruselas, que acoge una nueva reunión del Consejo Europeo.

En poco más de seis meses en el Gobierno, desde aquel histórico 1 de junio en el que logró que cuajase la primera moción de censura de la democracia española, Sánchez ha recorrido en desplazamientos al extranjero 139.100 kilómetros en el avión oficial, equivalente a dar la vuelta al mundo más de tres veces sobrevolando la línea imaginaria del Ecuador, cuya circunferencia son 40.000 kilómetros.

En total, 19 viajes que le han hecho pisar 18 países distintos repartidos entre Europa, África y América. 36 días de excursión de los 192 que lleva en el cargo. Casi uno de cada seis. Algunos de ellos, como los que tiene en agenda para esta semana entrante, son de distancias asequibles, pero muchos otras veces han sido vuelos largos, con destinos como Moscú, Santiago (Chile), Nueva York o La Habana.

Parece evidente que al titular del Gobierno no le dan miedo las alturas. Desde su mudanza a la Moncloa, el complejo presidencial ha recuperado el helipuerto, totalmente inutilizado durante la etapa de Mariano Rajoy al frente. El ex dirigente popular todavía recuerda el accidente que sufrió el helicóptero en el que viajaba junto a Esperanza Aguirre al poco de despegar de la plaza de toros de Móstoles, desplomándose casi en el mismo punto en el que había alzado el vuelo. Pero Sánchez no arrastra ningún trauma, y es su medio de transporte favorito para trasladarse al aeropuerto de Torrejón de Ardoz, desde donde suelen canalizarse todos los vuelos del jefe del Ejecutivo.

Predilección por los aviones

Buena prueba de esta especial predilección que tiene por los aviones la evidenció hace un par de semanas, cuando escogió este medio de transporte para desplazarse desde Madrid a Valladolid, a tan solo 190 kilómetros y eso que las dos ciudades están bien conectadas tanto por AVE como por carretera, con trayectos por debajo de las dos horas. Sin embargo, Sánchez prefirió movilizar el Airbus oficial para desplazarse a Pucela, en donde participó junto al resto del Gobierno en la cumbre hispano-lusa.

Este viaje levantó ampollas en todos los partidos de la oposición, que denunciaron un derroche de medios para semejante trayecto. Una senadora popular trasladó una pregunta escrita al Gobierno para interesarse hasta dónde había llegado la factura, pero jamás recibió respuesta, ya que desde la Moncloa justificaron que se trata de «material clasificado». El Gobierno ofreció la misma evasiva tras su otro gran viaje nacional lleno de polémica, cuando en pleno verano se plantó en el Festival Internacional de Benicássim para disfrutar junto a su esposa, Begoña Gómez, del concierto de The Killers, uno de sus grupos de música favorita. El Ejecutivo alegó entonces que Sánchez se había encontrado previamente con el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, justificando así el uso del Falcon, y que, efectivamente, después había aprovechado para asistir a un «evento cultural, es decir, agenda cultural por la noche», defendió en su día la número dos del Gobierno, Carmen Calvo, que no entendía todo el revuelo que se había generado. Los partidos de la oposición también requirieron entonces la factura del desplazamiento, así como una lista detallada de quiénes lo habían acompañado en la aeronave, pero se encontraron con la negativa. La hora de vuelo cuesta 5.600 euros, una cuenta a la que hay que añadir el precio de abrir el polémico aeropuerto de Castellón.

Al otro lado del charco

De vuelta a los viajes al exterior, Sánchez rompió una tradición que existe desde los tiempos de Felipe González y que consiste en que el primer destino oficial del presidente español siempre es Marruecos. El jefe del Ejecutivo escogió Berlín, en donde se encontró con la canciller Angela Merkel. Su primera internada en el reino árabe no la realizó hasta el 19 de noviembre.

Uno de sus destinos más habituales es América. Pedro Sánchez cruzó en cinco ocasiones el charco. La primera, a finales de agosto, cuando subió al avión oficial a un seleccionado grupo de periodistas, que recibieron una invitación de la Moncloa para acompañar al presidente durante su primera gira por el cono sur: Chile, Bolivia, Colombia y Costa Rica.

Un mes más tarde, volvió a atravesar el Atlántico. En esta ocasión para visitar Montreal (Canadá), en donde se encontró con el primer ministro Trudeau, uno de sus mandatarios de referencia, y Nueva York, en donde aprovechó para entrevistarse con los responsables de periódicos estadounidenses, tratando de darse a conocer en el exterior. A mediados de noviembre, participó en la Cumbre Iberoamericana, celebrada en Antigua (Guatemala).

Especialmente sonado fue su reciente viaje a Cuba, del que no guardará el mejor recuerdo. Se produjo en una semana crucial para el futuro de la UE, en plenas negociaciones del brexit. La primera ministra británica, Theresa May, presumió de haber metido un gol a España por toda la escuadra con las negociaciones sobre Gibraltar. Y Sánchez, de paseo por el malecón de La Habana.